¿Seré buena? – Síndrome del impostor | Blog

Psic. Daniela García

@sicologoenlinea

Cuando empiezan a pasar cosas buenas en mi vida, empiezo a sentir una sensación que me dice que “no puedo lograrlo”. Mira que intento que cese ese miedo, pero es, en ocasiones. más fuerte que yo. Cuando siento que se fue, vuelve y sin fecha de retorno.

El miedo irracional se hace fuerte cuando crecemos, cuando somos conscientes de realidades como una pandemia, la suba de los precios, el dólar, la primera cana, que el metabolismo ya no es el de antes y que me vuelvo con el tiempo como un buen vino, añejo.

En la infancia es donde empiezan los miedos, las inseguridades. Es cuando comencé a hacerle frente al mundo que empieza a formarse el síndrome del impostor en mí.

¿Cómo sé que tengo el síndrome del impostor?

Algunas de las conductas que nos pueden ayudar a identificarlo son:

  • No me atribuyo mis propios logros; Siempre es gracias a un tercero
  • Terror al fracaso, sin entender que es parte del camino al éxito
  • Las conductas anteriores, obligan a la persona a ser extremadamente perfeccionista
  • Obsesión por el trabajo o actividad de interés
  • Como la persona cree que lo que le está saliendo bien es una farsa, tiende a tener una actitud introvertida, solitaria
  • Cuando la persona siente que esa farsa va a ser descubierta, se torna agresiva, acompañada por mucha ansiedad
  • Se plantea objetivos inviables
  • No creer en las aptitudes y capacidades individuales

¿Cómo solucionarlo? (o detectarlo…)

Es fundamental que logres reconocer que estás avanzando. Independientemente de si, al comienzo, los cambios y logros nos son radicales. Pero créeme que hay cambios, y en trabajo y constancia en el tratamiento serán cada vez más y mayores.

Cuidados si sientes algunos síntomas de síndrome del impostor:

Es importante entender que estas recomendaciones deben ser llevadas a la práctica, y a medida que vayamos repitiéndolas es que veremos cambios.

  • Felicítate por tus logros: anota las cosas que fueron positivas en el día para ti. Al final del día mira la lista y reconoce tus logros. No menosprecies nada.
  • Date libertad de sentir: no somos robots, nuestras emociones no son lineales. No vas a estar todo el tiempo con el mismo ánimo; y eso está bien.
  • Permítete ser tú: estamos acostumbrados a no poder expresarnos libremente, muchas veces, por el “qué dirán”. Ten tu lugar seguro para ser tú.
  • Habla con alguna persona tus cosas: compartir tus logros es importante, pero no dejes que llegue a oídos de las personas equivocadas; siempre habrá alguna persona con malas intenciones, que no respetará tus comentarios.
  • “Es sólo una cuestión de actitud” – Fito Páez: parece una frase de motivación, pero tiene gran cuota de verdad. Es imprescindible que podamos afrontar los desafíos diarios con una actitud positiva; es difícil llevarlo a cabo, sí. Pero vale la pena intentarlo todos los días, y verás que sí puedes.

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