Por José Laguado

Cartagena ya no es como antes. Creemos, ingenuamente, estar atados a un pasado que define nuestra historicidad, idiosincrasia, cultura y experiencias turísticas atrayendo a locales y foráneos a una ciudad que ya no existe. Si bien contamos sus historias y hay evidencia física en las fortificaciones, murallas, balcones, calles y demás atractivos históricos, lo que algunos llaman “la nueva normalidad” es una estimulante provocación para repensar nuestro contexto turístico y la oferta de valor como ciudad.
Precisamente, hace unos días conversaba con algunas personas que me decían que esperaban ansiosas la famosa apertura. Y esta, llegó. Solo que no vino de la mano con la dichosa “reactivación económica”. ¡Obvio! Al menos para nosotros lo es. Creemos que existe una distinción entre “reapertura” y “reactivación”. No basta con abrir las puertas, subir portones, cumplir protocolos. Requerimos, entre todos, repensar a #LaCartagenaDelFuturo como ciudad turística con nuevas propuestas de valor para acelerar la reactivación al 2021.
Para ello, desde #Smartfutures proponemos 3 ejes articuladores con la visión de ser un destino inteligente (#Smartdestination): 1) Cartagena confiable; 2) Cartagena atractiva; 3) Cartagena Innovadora. En el primero, la confianza es el puente que cerrará la brecha entre reapertura y reactivación. Por eso, negocios seguros, clientes seguros. Como consumidores, queremos confiar y tener las garantías necesarias que reducen la exposición a riesgos biológicos como el Covid-19. Aunque, el eje es extensible a la integridad física en las calles o el asedio de vendedores ambulantes en las playas. Queremos ver establecimientos con sellos de bioseguridad como, por ejemplo, el “Check in certificado”. Gracias a la tecnología, ya es posible ordenar la atención al cliente sin filas y sin contacto físico con localizadores ni digiturnos; otro ejemplo de posibilidades, sistemas para monitorear y controlar la gestión de los protocolos de bioseguridad para crear confiabilidad, trazabilidad, inteligencia de negocios (BI) y atracción de clientes, todo en uno.
En el segundo, para atraer visitantes creemos que hay que reposicionar la marca ciudad y crear nuevas experiencias turísticas atractivas. Si bien “el corralito de piedra”, “la heroica”, “la fantástica” y otros más nos han caracterizado, ante las nuevas circunstancias, nuevo posicionamiento. Con los proyectos de caños, lagunas y navegación, bien podemos ser “la venecia suramericana”; con más de una veintena de eventos culturales y festivales, ¿qué tal ser “la broadway del caribe”? Si varios llegan a realizar bodas y actividades empresariales, ¿no sería momento de convertirnos en “La ciudad de las reuniones”?
En la innovación, y ante la reactivación de las operaciones aéreas y terrestres para la llegada de turistas, es momento de tener consolidada la disgregada oferta de la ciudad. Y sobre todo, más que una burocrática Secretaría de Turismo, bien vale la pena consolidar un Smartdestination Lab, un epicentro integrador de emprendimientos, ofertas de productos y servicios como ciudad (no como proveedores asilados), posicionamiento local, regional e internacional de #LaCartagenaDelFuturo , y, sobre todo, que contenga un Observatorio Regional de Turismo que atesore como columna vertebral la sostenibilidad de empleos y el desarrollo territorial.
Sí, Cartagena dejó de ser lo que era. Hoy tenemos la posibilidad de inventarnos una nueva ciudad pensando en cómo queremos que sea a partir de ahora y no en cómo ha sido desde los años 1600. Si tienes una idea de cómo reposicionar la ciudad, nos encantaría leerte en los comentarios.
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