Aunque a menudo se asume que las vacas solo forman parte de un rebaño por instinto, investigaciones recientes han demostrado que son animales profundamente sociales, capaces de establecer vínculos emocionales únicos. Estudios en el Reino Unido revelaron que más de la mitad de las vacas eligen una compañera específica para comer y descansar juntas, y cuando permanecen junto a su “mejor amiga”, experimentan niveles de estrés notablemente más bajos, incluso en situaciones desafiantes.
Otro hallazgo fascinante proviene de un experimento con vacas Simmental en Austria. Aquí se observó que el comportamiento de lamido entre ellas no solo refleja cuidado mutuo, sino que también reduce la frecuencia cardiaca de quien lo recibe, actuando como un calmante natural. Este gesto no es aleatorio: en Kenia, se descubrió que solo algunas vacas se dedican a lamer a sus compañeras más cercanas, fortaleciendo los lazos emocionales dentro del rebaño.
Además, las vacas también demuestran un sofisticado sentido de contagio emocional. Una vaca estresada puede transmitir su inquietud a otras, mientras que una tranquila logra calmar al grupo entero. Estos comportamientos son una muestra de su complejidad social, invitándonos a replantear nuestra percepción sobre estos animales y a valorar su vida en comunidad.
Fuente. UltimaHoraCol.