“La música es una revelación mayor que toda la sabiduría y filosofía”, L.V. Beethoven.
Por Andrés David Marín Pacheco
Rubén Blades Bellido de Luna, es un cantante, compositor, músico, actor, abogado y político de origen panameño, nacido el 16 de julio de 1948 en el barrio San Felipe en la ciudad de Panamá y considerado el más grande artista latinoamericano de los últimos tiempos.
El precitado músico, desarrolló la mayor parte de su carrera en los Estados Unidos de América, especialmente en la ciudad de Nueva York, convirtiéndose en uno de los pioneros revolucionario del género musical “salsa” a nivel mundial por sus canciones de corte social, lo cual hizo que llevara consigo el seudónimo “El Poeta de la Salsa”, o el “Cronista de la música” como lo llamaba el Novel de literatura Gabriel García Márquez, creando e impulsando una línea musical de corte intelectual a lo largo de los años.
A Blades se le conoció como un duro crítico de las diferentes dictaduras que se dieron en distintos países de América Latina, al igual de las condiciones de nuestros antepasados aborígenes caribes, tal como se puede apreciar en las letras de los temas: Pablo Pueblo, GDBD, Desapariciones, El padre Antonio y el monaguillo Andrés, País portátil y Plantación Adentro.
Entre dichos temas, los que mayor carga política y social se tienen son: ‘El padre Antonio y su monaguillo’, el cual relata el asesinato del arzobispo Óscar Romero, de El Salvador, a manos del régimen militar de derecha que gobernaba ese país; ‘Desaparecidos’, que alude a las miles de desapariciones forzosas que se dieron durante la dictadura del general Augusto Pinochet en Chile, y ‘Plantación adentro‘ que relata sobre las condiciones en las que pasaban nuestros antepasados indígenas en los campos y plantaciones agrícolas.
Ahora bien, ¿qué relación guarda la crítica social de Blades a través de sus letras musicales con la filosofía?
Para responder dicho interrogante, es menester traer a colación el concepto de “crítica” en términos filosóficos, el cual consiste en palabras del historiador y filósofo Andrés Roig como “una forma de pensamiento que se cuestiona a sí mismo y que considera no sólo los límites y posibilidades de la razón, sino también la realidad humana e histórica de un sujeto que se constituye en un «nosotros».
Es en esta última premisa donde se enfoca el trabajo de Blades a través de sus composiciones, canciones e interpretaciones musicales, el generar críticas y cuestionamiento de las realidades sociales y políticas bajo el contexto latinoamericano, convirtiéndose su crítica en una forma de hacer filosofía social, y por ende, cumpliendo una función pedagógica en cuanto a que orienta a las personas a analizar la realidad y condiciones humanas en las que viven.