En medio de una Cartagena marcada por la división social a finales del siglo XIX, surgieron tres barrios que albergaron a la clase trabajadora: Boquetillo, Pekín y Pueblo Nuevo, sectores que nacieron de la necesidad de quienes con escasos recursos, construyeron sus hogares junto a las murallas del centro histórico.
El inicio: Barrios olvidados desde el principio
Siendo así, entre 1885 y 1939, Pekín, Pueblo Nuevo y Boquetillo se asentaron en terrenos fuera de las murallas, en la franja que hoy ocupa la Avenida Santander, sin embargo a pesar de ser barrios distintos eran similares, en este sentido: las viviendas eran humildes, algunas de madera, barro y bahereque, otras de bloques de cemento con techos de zinc o de palma.
El desarrollo: Comunidades trabajadoras y resilientes
Eso en cuanto a las viviendas, pero hablando de los habitantes de los barrios “extra muros” eran trabajadores de oficios humildes, como pescadores, zapateros, albañiles y lavanderas, pero como todo buen cartagenero, a pesar de la situación vulnerable que vivían fueron comunidades vibrantes, pues celebraban festividades como los carnavales en Pekín, donde la comunidad se reunía para disfrutar al son de la música.
El final: Desalojo y desaparición
Pero, no fue hasta en 1936, donde llegó el final de estos caseríos, cuando el alcalde Daniel Lemaitre Tono, en coordinación con la Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena, lideró el desalojo de sus habitantes, que posteriormente fueron trasladadas a Canapote, una zona que carecía de salubridad y plagada de mosquitos, lo que provocó una grave epidemia de malaria que cobró numerosas vidas.
Fuente: Blogs El Universal.