Los Genes E de la Cartageneidad

Por José Laguado

Gerente de Synergy del Caribe y Co-fundador de Smartfutures

La epigenética tiene el potencial de transformar la sociedad al entender las conexiones entre la biología y los procesos sociales. En los términos más simplistas, la epigenética, una ciencia nacida de la Cuarta Revolución Industrial, estudia la expresión de nuestros genes ante los estímulos individuales o colectivos; de lo que nos alimentamos, desde dónde vivimos y cuál es nuestra postura hace una diferencia sustancial en las manifestaciones externas, en cómo nos percibimos y nos perciben otros.

En ese sentido, es evidente que como cartageneros, somos fruto de aquello que admitimos en nuestro cuerpo, mente, corazón y espíritu (el alimento), y de igual forma, la calidad de vida de #LaCartagenaDelFuturo es una sencilla ecuación matemática de ganancias o pérdidas de aquello que expresamos en el ámbito social. Funciona así en la biología de todos los organismos, donde la esencia misma del sistema (los genes) se expresa (“se enciende”) o se bloquea (“se apaga”) de acuerdo a las interacciones internas y los factores externos ambientales y sociales. Las ciudades inteligentes, como sistemas vivos, no son ajenas a este fenómeno.

¿Qué tiene eso que ver con nuestra ciudad? Desde Smartfutures creemos que la cartageneidad, ese sentido cultural y de pertenencia por la ciudad, también es producto del nutrimento y del contexto. Esos escenarios favorecen o limitan la expresión de un grupo de genes muy particulares, “los genes E”; unos que nos anclan al pasado y otro grupo que nos empuja hacia el futuro.

Entre los genes E que nos anclan al pasado y limitan el desarrollo territorial los cartageneros llevamos inmerso en nuestro organismo: el gen E del Egoísmo, ese amor desmedido por el interés propio sin importar mucho el cuidado de los otros, como por ejemplo, cuando hay apertura de las playas y la gente anda sin tapabocas; el gen E de Ebrios, aquellos embriagados por la bebida constante los fines de semana y las fiestas desmedidas aun en tiempos de pandemia porque “ajá mi hermano, hay que desestresarse”; el gen E de Erráticos, esos ciudadanos que van sin rumbo fijo viviendo el día a día desde la informalidad o que son impredecibles porque hoy dicen una cosa, y mañana, otra; el gen E de Escépticos, esos seres humanos que por más alternativas disponibles que se presentan para la transformación social siguen en la idea de “vea compi, ¡esto no va a cambiar!”; el gen E de la Esclavitud, porque pareciera que seguimos viviendo en los años 1.600 como diría un famoso artista, pegados a la historicidad, a vivir de “papá Estado” como nuevo patrono, a ser esclavos de las deudas y el paga diario, muy relacionado con el gen E de la Escasez.

Y, por otro lado, tenemos los genes E que favorecen el desarrollo territorial y la calidad de vida de todos los habitantes de #LaCartagenaDelFuturo: el gen E de la Educación, ese que manifiesta el entusiasmo por la sana convivencia, el que auspicia la equidad de oportunidades, el que permite que niños, jóvenes y adultos superen las condiciones de pobreza monetaria y mental enriqueciendo el espíritu de la economía; el gen E del Emprendimiento, ese orientado a resolver problemas estructurales y sociales desde enérgicas empresas que extraordinariamente ejecutan esperanzados en una nueva visión de ciudad; el gen E de Especialistas, un territorio inteligente que le apuesta a #ElTurismoDelFuturo convirtiéndonos en un Smart Destination, uno que crea experiencias extraordinarias que exaltan los sentidos de locales y foráneos; el gen E de Ejecutivos Ejecutores de proyectos de alto impacto para el desarrollo sostenible como lo emancipador de los caños navegables, lo embellecedor de la protección costera, lo excelso de un mega centro de eventos y festivales, lo esplendoroso de las playas azules, lo ergonómico de un mobiliario urbano al servicio de todos; el gen E de Exuberantes ambientes verdes y con tecnología amigable con el ambiente, limpios de basura y contaminación auditiva o visual que permitan la frescura y el disfrute de encantadores parques o

Finalizo diciendo que la epigenética nos empuja a reconsiderar de qué nos alimentamos día a día y desde qué contexto construimos ciudad expresando nuestra genética social. Bien lo decía Hipócrates, padre de la Medicina: “Deja que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”. ¿De qué alimentas a tu cuerpo y tu mente por estos días?  Es momento de nutrirnos con aquello que nos posibilite expresar los genes que nos lleven a un nuevo momento de existencia familiar y social, exploración de nuevas naturalezas humanas, exportación de bienes y servicios, y sobre todo, de sentirnos enorgullecidos de nuestra encantadora cartageneidad. Como cartagenero, tú decides cuáles genes E expresar.

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