La Cruz de Mayo en el barrio Canapote es más que un símbolo religioso; es una reliquia que conecta a sus habitantes con una época marcada por lucha y reconstrucción. Su historia comenzó cuando los antiguos barrios de Pekín, Pueblo Nuevo y Boquetillo fueron desplazados de las murallas de Cartagena en 1939. Con ellos, los residentes trasladaron una cruz de madera que, posteriormente, fue reemplazada por una cruz de mampostería, erigida por Mercedes Terán, en honor a su abuela y fundadora de Pekín, María de la Cruz de Ávila.
La inscripción grabada en la cruz rinde homenaje a María de la Cruz y recuerda los esfuerzos de los pioneros que forjaron este nuevo asentamiento. La cruz no solo es un símbolo religioso, sino también un marcador de la historia de los cartageneros que lucharon por un espacio propio, construyendo sus hogares y preservando sus costumbres en Canapote.
Con el tiempo, la Cruz de Mayo se convirtió en un símbolo de unión y resistencia para el barrio. En su estructura de mampostería y su mensaje inscrito, se encuentra el espíritu de una comunidad que no solo superó el desplazamiento, sino que también mantuvo viva la tradición de sus ancestros. A diferencia de otras cruces emblemáticas de la ciudad, la Cruz de Mayo en Canapote representa la identidad popular de Cartagena, una historia de fe y perseverancia que sigue presente.
Este monumento ha sido testigo de los cambios y el crecimiento de Canapote, y hoy en día es uno de los pocos recordatorios tangibles de las raíces profundas del barrio. La Cruz de Mayo continúa siendo un símbolo que trasciende generaciones, preservando una conexión con el pasado y fortaleciendo el sentido de pertenencia en la comunidad.
Fuente. Cartagena A Capella.
Fotos. A quien corresponda.