«El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana…», Winston Churchill.
Por Alvaro Morales de León
Por lo que se está viendo, sin eufemismos me atrevo a asegurar que el nuevo Congreso de la República será más de lo mismo, o más de lo que en los últimos tiempos ha venido siendo esta Institución Legislativa que no ha hecho absolutamente nada para recuperar su desprestigiada imagen.
Y son vaticinios apocalípticos, es decir terroríficos, espantosos y devastadores porque en cuanto a la representación paramilitar en el Congreso esta seguirá estando, aunque no estén en persona los políticos que en el 2001 firmaron el famoso “Pacto de Ralito”, los que con la fuerza del dinero, la intimidación y la coacción seguirán eligiendo a sus “delfines” y miembros de sus clanes familiares.
El hecho se da en toda Colombia, pero especialmente en el Caribe en departamentos como Córdoba, Sucre, Bolívar, Guajira, Magdalena, y Cesar, donde, en Bolívar, mientras los descendientes del condenado parapolítico Vicente Blel Saad, Nadia y Juliana Aray aspiran a repetir, la primera, en el senado, y la segunda, a llegar por primera vez a la Cámara de Representantes, también el actual congresista “Yamilito” Arana se eligió y aspira a reelegirse con el apoyo de los Blel.
También en el mismo Bolívar, el condenado parapolítico, William Montes, se la sigue jugando con su sobrino Andrés Montes Celedón y con su cuñado, el exconcejal Fernando Niño Mendoza, antes lo había hecho con su ex esposa Marta Curi Osorio y con su primo Emeterio Montes de Castro a la Cámara de Representantes en alianza con Aida Merlano, no se sabe si últimamente de Char o de Gerlein.
Y como si no fuera suficiente con todo los anterior, seguramente volverán al senado los actuales senadores Dayra Galvis Méndez y Lidio García Turbay, ambos con procesos abiertos en la Corte Suprema de Justicia por paramilitarismo y corrupción.
Pero lo de este departamento no para aquí, también los esposos Piedad Zuccardi Porras, procesada por Parapolítica y el finado excongresista Juan José García Romero, condenado por el delito de peculado por apropiación, han elegido a la Cámara de Representantes y por varios periodos al turbaquero Alonso del Río Cabarcas, así como también lograron elegir a su hijo Andrés García Zuccardi, quien para fortuna de nuestro departamento no dio la talla y se retira de los escenarios de la política.
Y finalmente, en Bolívar, el exsenador Antonio Correa, elegido anteriormente por el Partido Opción Ciudadana, y de las toldas de la señora Enlise López Romero, vuelve a aspirar a la Cámara Alta, ahora por el Partido de la U. Correa es el mismo quien fuera investigado por la Corte Suprema de Justicia dentro del Proceso conocido como “Mermelada Tóxica” por coimas que recibió, dicen, en un contrato entre Coldeportes y el municipio de El Peñón, en Bolívar.
De igual manera, por delitos relacionados con paramilitarismo, corrupción y compra de votos, los Char, en el Atlántico se la siguen jugando con Arturo para repetir en el Senado junto con otros que por este mismo departamento buscan también una curul, como Cesar Lourduy investigado como presunto homicida, Laureano Acuña, “El gato volador” investigado por compra de votos, y Eduardo Pulgar, condenado por soborno a la justicia y quien aspira a elegir a su compañera sentimental.
En el Cesar, los Gnecco, no quieren soltar el poder. Y en esta nueva ocasión aspiran a repetir con José Alfredo Gnecco al Senado sin que poco les importe la suspensión de su primo y pariente Luis Monsalvo Gnecco como gobernador y la condena de su padre, Lucas Gnecco Cerchar por irregularidades en la contratación como gobernador.
En Córdoba, los condenados Elias y Besaile seguirán encarnados en el Congreso con Julio Elías, hermano de “El Ñoño” y con John Besaile, hermano del condenado Musa y de Edwin, el suspendido exgobernador.
Finalmente, serán cuatro años de apocalíptica gestión legislativa.
*Columna de opinión. Las opiniones no representa los valores, conceptos y/o postura del periódico.