El Muelle de los Pegasos es uno de los monumentos más emblemáticos y queridos de Cartagena de Indias, ubicado junto al Centro de Convenciones. Su historia, aunque rodeada de cierta incertidumbre, se entrelaza con las tradiciones locales y el desarrollo de la ciudad.
Se cree que el nombre «Muelle de los Pegasos» se originó en la época en que Cartagena no contaba con un aeropuerto. Durante este tiempo, la Bahía de las Ánimas era utilizada como punto de aterrizaje para hidroplanos, que llevaban en sus alas la marca «Pegasus». Con el paso del tiempo, los cartageneros comenzaron a referirse al muelle como «de los pegasos», nombre que eventualmente se adoptó oficialmente, reflejando la costumbre local de nombrar lugares y objetos de acuerdo con su agrado.
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La primera versión de las esculturas de Pegasos fue realizada en 1920 por el artista local Miguel Caballero Leclerc. Estas estatuas fueron parte de una remodelación del antiguo muelle, conocido anteriormente como La Bodeguita, que había sido construido en 1791 y había servido para atracar barcos de cabotaje desde 1900. La remodelación fue impulsada por el Concejo Municipal, y las estatuas fueron encargadas por la presidenta de las damas de la ciudad para representar el espíritu cartagenero.
Sin embargo, las esculturas originales no sobrevivieron al paso del tiempo. En 1992, debido a su deterioro, el escultor Héctor Lombana donó a la ciudad un nuevo par de Pegasos, que son los que actualmente adornan el muelle. Esta donación no solo preservó el símbolo de la ciudad, sino que también reafirmó el legado artístico y cultural de Cartagena.