“Lo que niegas te somete. Lo que aceptas te transforma”, Carl G. Jung.

Por Karen Guardo B

Cierto día me levanté como de costumbre a las 5:00 am, me detuve un instante en mi cama, al rato me puse de pie y me serví mi taza de café, caminé hasta el balcón con la mirada fija, como si nada más sucediera en ese instante, como si solo estuviese mi café, mi mente y yo. ¿Sabes? Es poco común que una mujer logre tener su mente nublada o en blanco, efectivamente esto me sucedió por un instante, al reaccionar logré ver como si fuese una película mi vida, es como si esta me hubiese pasado por mi mente en forma de una película, en ese momento pasaron en escenas toda mi existencia hasta ese justo instante. Te cuento que hubo algo que me llevó a tener una auto conversación, si – una auto conversación, pues te parecerá algo loco talvez, pero en ocasiones converso conmigo misma, es algo que disfruto y con una taza de café, créeme que eso si es un total gozo.

En ese momento que la vida me pasaba como escenas por mi cabeza, me llegó un momento que aun recuerdo, un momento que viví hace algún tiempo, lo recuerdo y aun me mueve muy adentro emociones, recuerdo perfectamente- salir de una cita medica con mi persona favorita a quien llamaré por respeto – amor-  Salí de esa cita un poco devastada, pues entré en ese consultorio, con una gran ilusión y la esperanza a millón, ya que antes habíamos visitado un sin número de expertos buscando opinión y esta era la última puerta que tocábamos esperanzados en escuchar algo diferente y lejos de lo que ya me habían ratificado, pero que aún mi corazón y mi mente no asimilaban con aprobación.

Te cuento que, para mis esos 40 minutos de consulta, preguntas, observación al comportamiento de amor, fueron el tiempo mas lento en transcurrir, sentí que no corría el minutero de mi reloj, lo veía con miedo y desesperación, al fin llegó el momento donde me confirmaron nuevamente la condición con la cual había llegado a la vida -amor-,  sentí que mis piernas a pesar de mi juventud temblaban, que esas palabras hacían eco en la mente muchas veces y no mentiré – sentí temor.

Recuerdo dejé a mi- amor- al cuidado de papá- y yo salí despavorida, llena de miedo y con los ojos cargados de lágrimas, corrí hasta sentarme por horas en mi lugar favorito, allí sentada hice un pare y pensaba tantas cosas, te cuento que lloré muchísimo, me preguntaba el por qué a mí, por qué sucedió, por qué pasó, en esa mi primera auto conversación pasaron horas… hasta lograr volver en mi yo de paz y aceptación.

Hoy me voy a ese momento y recuerdo esa noche estaba oscura, era un día de lluvia, así como esa noche gris, yo me veía y me sentía, al llegar a casa mirar mi familia, a mi amor, abrazarlos, sentí de vuelta el calor en mi alma, nos sentamos en familia y nos preguntamos: ¿Para qué sucedió? Pues te contaré, que, al verlo de esta manera, entendí que afortunada era, pues me había permitido, vivir esas palabras que llamaré diagnostico como eso palabras, que las interioricé, las acepté, pero actué.

Pues de eso se trata, de vivir el duelo de la llegada de un hijo con una condición y más aún tú primer hijo o tú primer gran amor, una condición está muy lejos de definirlo como persona y establecer su rol y logros, pues de la aceptación, se puede llegar a la transformación, te cuento que vivir este duelo, lleva tiempo, lleva momentos como una montaña rusa de emociones, requiere de apoyo profesional, de la familia, pero requiere más aun de tú auto aceptación, pues quien se acepta, se reconoce como único, maravilloso, diverso, autentico, con virtudes, habilidades, capacidades, oportunidades de mejora, se ama, se valora y no desea cambiarse por alguien mejor o en diferente situación, si es consciente de que se debe cada día mejorar, hasta lograr ser nuestra mejor versión y solo quien se acepta, es capaz de aceptar lo que le rodea y lo que de él nace, en este caso aceptar a mi amor, tal cual es, verlo único, maravilloso, capaz, competente y reconocer en él un ser humano con habilidades que con apoyo lo han convertido en la persona que hoy es.

Te cuento el inicio de esta historia, para que desde mi experiencia comprendas que el amor, es transformación, que aceptarte con tu físico, como eres y auto reconocerte como sujeto de mejora, te permitirá avanzar y comprender que, desde nuestra diversidad, somo todos valiosos y necesarios para transformar.

Esto es solo la etapa inicial, te seguiré contando un poco de nuestra historia…. Espero que sean estas líneas que expresan vivencias, motivo para que te aceptes, ames y aceptes a los demás, comprendas el para qué suceden las cosas, situaciones y que propósito tienen en tú vida y como desde estas puedes transformar otras vidas.

Jamás te detengas ni coloques limites, tú confía, continúa, así concluía esa mañana de auto conversación.