El 8 de junio de 1708, el galeón San José se hundió en el mar Caribe, especificamente en Cartagena, cerca de un punto arenoso llamado ‘Isla del Tesoro’, llevándose consigo uno de los tesoros más codiciados de la historia, este majestuoso barco español, construido en 1698 por Pedro de Aróstegui en el astillero de Mapil en Aginaga, fue un símbolo de la opulencia de la época y transportaba una carga invaluable de oro, plata y esmeraldas, el naufragio del San José ocurrió durante una batalla naval con las fuerzas británicas, y aunque la pérdida fue un golpe para la Armada Española, la verdadera tragedia fue que el tesoro del San José quedó atrapado en las profundidades del océano, donde permanecería durante siglos. Durante más de 300 años, el San José se mantuvo oculto bajo las aguas del mar Caribe, convirtiéndose en un mito de la arqueología submarina, diversos intentos de localizarlo fracasaron hasta que, en 2015, un equipo de investigación internacional anunció el hallazgo de los restos del barco cerca de la Isla. A pesar de las dificultades para acceder al tesoro, el descubrimiento ha renovado el interés por el galeón y su carga, que sigue siendo un tema de controversia legal e histórica. Hoy, mientras se debate el futuro del tesoro, la historia del galeón San José sigue viva en las leyendas que lo rodean. ¿Crees que sea cierto que se encuentre el tesoro del Galeón en el mar Caribe?

En un mundo donde los estándares de belleza han impuesto durante generaciones un ideal uniforme y muchas veces irreal, surge una propuesta que busca cambiar la narrativa y fomentar la aceptación de la diversidad. Crespiña, Club de Rizadas, es una obra social que tiene como objetivo empoderar a niñas y adolescentes con cabello rizado, enseñándoles a amar y cuidar su cabello natural, a través de una innovadora masterclass. Esta iniciativa ofrece herramientas prácticas y conocimiento para que las participantes aprendan a definir y mantener sus rizos de manera saludable, mientras descubren la belleza única de su textura natural, más que una simple clase, Crespiña se presenta como un espacio seguro para que las niñas conecten con su identidad, desafiando los estereotipos que históricamente han generado inseguridades y presión social. Además de la formación técnica, el programa busca fomentar la autoestima y crear una comunidad de apoyo donde las participantes puedan compartir sus experiencias, aprender juntas y romper con los mitos que rodean el cabello rizado