Hace una semana en las Naciones Unidas, por medio de una reunión en la plenaria inclusiva de alto nivel de la Asamblea General, se aprobó la aplicación de una resolución llamada “Pacto Para el Futuro”, donde desarrollaron información actualizada sobre las 56 acciones emprendidas para salvaguardar las necesidades y los intereses de las generaciones futuras.
António Manuel de Oliveira Guterres, secretario general de la ONU, presento la declaración, aprobándose por 143 jefes de estados, con el objetivo de enfrentar los desarrollos sociales.
Ahora bien, el “PACTO DEL FUTURO” no es más que una actualización de la agenda 2030, se supone que es una hoja de ruta de hacia dónde deberían ir los próximos años para enfrentar retos que van desde el cambio climático y la inteligencia artificial, hasta la escala de conflictos y el aumento de la desigualdad y la pobreza, dicho de otra manera y en palabras del mismo secretario de las naciones unidas, exige definir un nuevo contrato social a escala global, redoblando los compromisos que evidentemente no se hicieron posibles en la agenda del 2030, postergándolos a 15 años más.
Estamos en un momento de profunda transformación social, al tiempo que riesgos catastróficos existenciales crecientes, llamando a reforzar el dialogo y una nueva restructuración interna, tratando de convertir promesas en acciones reales.
Hay que dar créditos, pero, solo cuando correspondan y es que existe algo aún más evidente y es el intento desesperado de poder ampliar objetivos en una nueva agenda, donde cada país intenta exponer políticas públicas que puedan adoptarse para llevar al éxito la nueva agenda 2045.
Mas, sin embargo, hay que recordar que la agenda 2030 es producto del no cumplimiento de la agenda del milenio en el año 2012, agenda que tenía como temas principales la economía verde, la erradicación de la pobreza y el marco institucional para el desarrollo sostenible.
Sigue siendo un hecho que en este nuevo desafío mundial que enfrentamos, los jóvenes pueden contribuir soluciones innovadoras y sumamente valiosas.
Este es el momento hacia la inclusión representativa y activa de los jóvenes en los procesos de fortalecimiento de la paz y construcción de sociedades justas en un mundo de desarrollo sostenible.
Jullianne Maturana Ortega – Abogada.