La borrasca Caetano trajo consigo un manto blanco que cubrió Disneyland París, creando una estampa de cuento de hadas, donde icónicas atracciones, como el castillo de La Bella Durmiente, lucieron completamente nevadas, sorprendiendo a visitantes que aprovecharon para inmortalizar el momento con fotografías únicas.
Con acumulaciones de nieve inusuales para la temporada, el parque se transformó en un paisaje invernal y que, Familias como turistas disfrutaron de juegos improvisados y del contraste entre la nieve y los vibrantes colores del parque, añadiendo un toque especial a su experiencia.
La magia de Disneyland no se detiene ni con el frío, donde este ha sido una oportunidad para redescubrir el parque en un contexto inolvidable, consolidando su lugar como un destino donde los sueños se hacen realidad, incluso bajo la nieve.











