Simone Biles confirmó una vez más su estatus como una atleta de talento generacional en los Juegos Olímpicos. En la final de salto de potro femenino, la superestrella estadounidense se llevó la medalla de oro, sumando otro logro a su ya impresionante carrera.
Con un puntaje de 15.300, Biles se aseguró el primer lugar, mientras que la campeona de Tokio 2020, Rebeca Andrade, obtuvo la plata con 14.966 puntos. La estadounidense Jade Carey completó el podio con una puntuación de 14.466.
La medalla de oro conseguida hoy eleva a siete el total de oros en la carrera de Biles, y a diez el número total de medallas olímpicas. Este logro la sigue consolidando como una de las atletas más condecoradas en la historia de Estados Unidos.
En la competencia de salto, Biles inició con el Biles II, el salto más complejo en el código de la gimnasia, exclusivo de ella. Ejecutó el Yurchenko con doble mortal carpado de manera impecable, logrando una puntuación de 15.700, destacándose por su valentía y precisión.
Su segundo salto, un Cheng, le otorgó 14.900 puntos, resultando en una media de 15.300, una marca casi insuperable. Por su parte, Andrade realizó dos saltos excelentes: un Cheng con 14.900 y un Amanar con 14.466. Sin embargo, el Biles II de la estadounidense fue decisivo; cuando lo ejecuta bien, no hay competencia para el oro.
Simone Biles continúa demostrando que su dominio en la gimnasia es indiscutible, dejando una marca indeleble en la historia de los Juegos Olímpicos.