En 2024, Cartagena enfrenta una situación alarmante en cuanto al desempleo juvenil, con una tasa que ha superado el 21%, según las proyecciones y tendencias de los últimos años.
Según datos del DANE, en 2023 la tasa de desempleo entre los jóvenes de 15 a 28 años ya había alcanzado el 20,5%, y esta tendencia continúa al alza, posicionando a la ciudad entre las más afectadas por esta problemática en Colombia.
Con una población de aproximadamente 1,06 millones de habitantes en 2024, de los cuales más del 72% son mayores de 18 años, la baja oferta de empleo ha generado una creciente preocupación entre los jóvenes cartageneros.
A pesar de representar una parte significativa de la fuerza laboral potencial, solo 63 de cada 100 jóvenes participan activamente en el mercado laboral, y de estos, apenas 56 logran encontrar empleo, ya sea formal o informal. Esta situación evidencia una creciente demanda insatisfecha de empleos y un mercado laboral incapaz de absorber la mano de obra joven.
La escasez de oportunidades laborales ha obligado a muchos jóvenes talentos a considerar la migración como una alternativa viable. Durante el primer trimestre de 2024, se observó una disminución del 4% en la cantidad de jóvenes ocupados en Cartagena, afectando principalmente a sectores como la administración pública y la construcción, donde la pérdida de empleo ha sido más pronunciada.
Por otro lado, actividades como los servicios administrativos y el entretenimiento han mostrado un leve aumento en la oferta laboral, aunque este no ha sido suficiente para revertir la tendencia general.
El impacto del desempleo juvenil también se refleja en la alta tasa de informalidad laboral en la ciudad, que en 2023 se situó en un 53,5%, superando a otras ciudades importantes del país. Esta precariedad laboral, que se ha mantenido en niveles similares en 2024, obliga a los jóvenes a aceptar trabajos sin las garantías legales necesarias, lo que incrementa su vulnerabilidad económica y social.
Ante este escenario, la migración juvenil de Cartagena se ha intensificado, con un creciente número de jóvenes que deciden migrar a otras ciudades en busca de mejores oportunidades laborales y condiciones de vida. Esta fuga de talento no solo priva a Cartagena de su fuerza laboral joven y capacitada, sino que también pone en riesgo el desarrollo económico y social de la ciudad a largo plazo.