Según la ONUDD, la delincuencia relacionada con la vida silvestre y la explotación de la naturaleza aumentan el riesgo de transmisión de enfermedades. Como ejemplo, el nuevo coronavirus, en el que su causa se da por patógenos que se propagan de los animales a los seres humanos.
“Sin la interferencia humana de la deforestación, la captura, el sacrificio, el tráfico y el consumo de animales salvajes, la evolución y la transmisión del coronavirus habrían sido altamente improbables”, afirma la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) en su informe anual sobre la delincuencia.
Los pangolines, identificados como posibles vectores del coronavirus, son los mamíferos silvestres más amenazados por cazadores furtivos, precisa el informe. Las incautaciones de sus escamas se multiplicaron por diez entre 2014 y 2018.
La actual pandemia podría conducir a un aumento del tráfico, advierte la ONUDD. Esto, debido a que los productos derivados de la fauna y la flora pueden presentarse como “remedios” al coronavirus. Siendo, por ejemplo, el caso de la bilis de oso, que es usada en la medicina china tradicional.