En 1968, Cartagena fue testigo de un evento que, por años, hizo vibrar a locales con el “Espectáculo de Luz y Sonido” en el Castillo de San Felipe de Barajas. En una noche memorable, iluminada por 1.236 reflectores, el presidente Carlos Lleras Restrepo inauguró este espectáculo único, en el que la historia de la ciudad cobraba vida con la voz de Don Blas de Lezo y efectos de sonido que narraban desde los ataques de piratas hasta la entrada triunfal de Simón Bolívar. Fue una obra pionera en Latinoamérica, que situó a Cartagena entre las ciudades que contaban con avanzadas tecnologías de iluminación y sonido.
La empresa Phillips Colombiana, que celebraba 25 años en el país, financió esta joya visual y auditiva, en conjunto con la Empresa Colombiana de Turismo. Se invirtieron más de tres millones de pesos de la época en una red eléctrica de 18.000 metros de cable, que permitía proyectar diferentes colores sobre el castillo, acompañados por una épica banda sonora del compositor británico Ted Astley.
A pesar del impacto y la popularidad que alcanzó, el espectáculo no estuvo exento de críticas. Académicos y miembros de la comunidad histórica expresaron su preocupación sobre la afectación que esta obra luminotécnica podría tener en el patrimonio arquitectónico y la precisión histórica de los guiones. Sin embargo, la emoción y el orgullo que generaba cada noche, mientras las murallas “hablaban” al ritmo de luces y sonidos, lograron que el espectáculo se convirtiera en un símbolo de la Cartagena heroica y legendaria que, lamentablemente, ya no se revive de la misma forma.
Este montaje fue un hito que reflejaba el valor de Cartagena en el contexto mundial. Hoy, el “Espectáculo de Luz y Sonido” permanece en la memoria de aquellos que tuvieron la fortuna de presenciarlo, como un recuerdo de una era en la que Cartagena se posicionó como una ciudad innovadora y culturalmente rica, de la que hoy muchos se preguntan si volverán a ver algo igual.
Fotos. A quien corresponda.
Fuente. Cartagena A Capella.