Distintas reflexiones nos deja la finalización de la jornada electoral del pasado domingo 27 de octubre. Con los resultados obtenidos, se configura nuevamente el poder local y regional. En el ámbito nacional, Colombia envió un mensaje claro y contundente, principalmente hacia los partidos políticos tradicionales y emergentes. Los ciudadanos se desprendieron de las ataduras ideológicas, de la polarización entre izquierda y derecha y concentraron su proceso electoral en causas sociales y en motivaciones colectivas, en definitiva, en lo que pareció ser una lucha entre las clases políticas y la ciudadanía, en mi opinión, los ciudadanos se alzaron con la victoria.
En nuestra ciudad, la situación no paso desapercibida y los resultados electorales se posicionan en los medios de comunicación de todo el país como una victoria contra la corrupción y las maquinarias políticas de siempre.
El abogado y activista anticorrupción William Dau, “el tractor” como se autodenomina, fue elegido el nuevo alcalde de Cartagena por los próximos cuatro años y aunque para muchos el voto de opinión ganó esta vez las elecciones en la ciudad, desde mi punto de vista, el triunfo de William Dau se relaciona más con el tipo de voto carismático que agrupa ciertas sensaciones propias de la ciudadanía, mas allá de un voto informado. Este tipo de voto, además evidencia un total descontento, indignación y rechazo de todas las clases sociales para con las grandes casas políticas de la ciudad.
Por otro lado, el voto de opinión estuvo presente en un gran porcentaje de la ciudadanía, y esto fue posible gracias a la forma de hacer campaña de los candidatos alternativos, liderados en votación por Sergio Londoño, Jaime Hernández, Nabil Baladi y Claudia Fadúl, que demostraron que se puede hacer política de forma constructiva, sin empeñar los recursos públicos de la ciudad, sin clientelismos y burocracia, pensando en el bienestar de todos los Cartageneros.
En ambos casos, tanto en el del sorpresivo y victorioso William Dau, como en el sector de los alternativos, la ciudadanía demostró su interés inmediato por reconstruir las bases de una sociedad cada vez mas desigual y excluyente. El día de ayer, más de 200 mil Cartageneros demostraron su inconformidad con un sistema corrupto, clientelista y decidieron entre todos liberar a nuestra ciudad de las cadenas de sometimiento en la cuál estuvo por varios años. Es ahora, el momento mas propicio para que se pueda construir un proyecto de ciudad colectivo, a largo plazo, que empiece desde las bases, que sea estructural y que permita pensar en las causas y no en las consecuencias.
El nuevo alcalde tendrá muchos retos. En primer lugar, deberá formular y estructurar un plan de desarrollo acorde al contexto y a las demandas propias de la ciudadanía, situación que le fue muy criticada durante su campaña. De igual forma, deberá lograr una cohesión tanto en el ámbito social, como junto a los distintos sectores, gremios y organizaciones de la ciudad. Al mismo tiempo, deberá enfocar sus esfuerzos en devolver la confianza en las instituciones. Como bien hacia referencia Miguel Uribe Turbay ayer en su discurso de cierre en la ciudad de Bogotá, “Se gana con un sector, pero se gobierna para todos”, el nuevo alcalde tendrá que ser capaz de agrupar las demandas políticas y sociales de todos los sectores y poder ejercer en la práctica un gobierno inclusivo.
Además, considerando su discurso de confrontación, de anticorrupción, personalista y de nombres propios, tendrá un gran reto al enfrentar sus relaciones con el concejo y con los entes de control, teniendo en cuenta que estos son electos por estas corporaciones para ejercer el control político y la rendición de cuentas. También, afrontará un gran desafío en lograr estructurar un plan de trabajo en relación a la gobernación, y junto al gobierno nacional, que para nadie es un secreto está muy presente en las internas de la dinámica política de nuestra ciudad.
Por lo anterior, es necesario que los ciudadanos, gremios, organizaciones, y mas aún, los sectores políticos alternativos con sus nuevos liderazgos, puedan acompañar el ejercicio de gobierno del nuevo alcalde, lo rodeen con ideas y proyectos realizables y permitan en conjunto materializar un plan de gobierno estructurado a largo plazo que permita conducir a nuestra Cartagena hacia un puerto seguro.