La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de suspender los fondos de cooperación internacional ha generado un fuerte impacto en Colombia, especialmente en comunidades afrocolombianas e indígenas. Durante años, estos fondos han sido clave para el desarrollo de proyectos sociales, de seguridad y ambientales, pero con la nueva política de Washington, muchas organizaciones han tenido que reducir operaciones o cerrar por completo.
Desde su regreso a la Casa Blanca en 2025, Trump ha adoptado una política de “América Primero”, enfocándose en reducir el gasto en cooperación internacional y priorizar la inversión en territorio estadounidense. Como parte de esta estrategia, ha eliminado varios programas de financiamiento a Latinoamérica, argumentando que los países deben ser autosuficientes y dejar de depender de EE.UU.
Colombia, que ha sido uno de los principales receptores de ayuda estadounidense en la región, ha sufrido las consecuencias directas de esta política. Desde el Plan Colombia, EE.UU. ha invertido miles de millones de dólares en el país para combatir el narcotráfico, fortalecer las instituciones y mejorar la seguridad. Sin embargo, los recortes actuales afectan directamente a las comunidades más vulnerables.
Los recortes han golpeado principalmente a organizaciones que dependen de la cooperación internacional para llevar a cabo sus proyectos. Entre las más afectadas están:
• ONGs afrocolombianas e indígenas: Muchas de estas organizaciones recibían fondos para proyectos de educación, salud, derechos humanos y desarrollo comunitario. Con la suspensión de los recursos, muchas han tenido que cerrar o reducir su alcance.
• Programas de sustitución de cultivos ilícitos: Durante años, EE.UU. financió programas para que comunidades en zonas cocaleras cambiaran la siembra de coca por cultivos legales como café y cacao. Sin estos fondos, se teme que muchas comunidades vuelvan a la producción de coca, alimentando el narcotráfico.
• Proyectos de paz en el posconflicto: Tras la firma del acuerdo de paz con las FARC en 2016, EE.UU. financió programas para la reintegración de excombatientes y la estabilización de regiones afectadas por la guerra. Sin estos recursos, el proceso de paz enfrenta nuevos desafíos.
• Protección ambiental: Colombia, con su vasta biodiversidad, ha recibido financiamiento para la conservación de ecosistemas en el Amazonas y otras regiones. Sin este apoyo, la deforestación y la explotación ilegal de recursos naturales podrían aumentar.
Por su parte, el gobierno del presidente Gustavo Petro ha expresado su preocupación por la decisión de Trump, afirmando que la cooperación internacional ha sido clave para el desarrollo del país y que estos recortes pueden afectar la estabilidad social y económica. Sin embargo, Petro también ha insistido en la necesidad de fortalecer la autosuficiencia del país y buscar nuevas alianzas internacionales.