Por Marco Antonio Jaramillo Daza
En estos tiempos de épocas electorales, muchos candidatos presentan las propuestas de antecesores como propias o mejoran las que han hecho, lo mejor, algunos traen unas diferentes que lo ponen a uno a pensar; precisamente las quiero compartir poco a poco, para que las analicemos con detenimiento y sin apasionamientos juntos y pensemos si son viables y posibles de cumplir o terminan siendo como la construcción de puentes donde no existen ríos.
Hablemos de la que propone cambiar nuestro modelo de salud, pasando de la siniestralidad como está actualmente concebida a la Promoción y Prevención de enfermedades, pasando a invertir la gran mayoría de los recursos de la salud en evitar para no lamentar.
No se trata de acabar con las EPS Entidades Promotoras de Salud como algunos quieren hacernos creer, al final, estas entidades se han terminado quebrando solas, se trata esta vez precisamente en hacer que funcionen bien, muchas de estas entidades han cerrado sus puertas sin la ayuda de nadie, pero lo más grave es que han utilizado los recursos públicos para su beneficio, terminan adeudándole dinero a toda su red de prestadores las IPS, pero mejor aún, el gobierno las interviene, vigila y al final las liquida y nadie termina preso por robarse los dineros de todos nosotros los usuarios del sistema y mucho menos reintegrándolos.
Actualmente del 100% de los recursos que reciben las EPS, estas solo utilizan entre el 10 % y el 20% en programas de promoción y prevención y el restante en atender las enfermedades que se pudieron evitar pero que ahora están en todos los pacientes que ya las sufren. Imaginen que lo primero que hicieran fuera atacar las posibles causas de las enfermedades, llegando las entidades a visitarnos en nuestras propias viviendas, trayendo lo básico una consulta por medicina general, con la cual puedan detectar el estado de salud de los ciudadanos y verificar que requiere cada grupo familiar, para posteriormente regresen con un grupo interdisciplinario de apoyo, el cual va actuar de acuerdo a los criterios del grupo poblacional, pero que ya de entrada nos vamos a beneficiar, por cuanto nos evitamos traslados al centro de salud, hospitales, clínicas, etc; no más filas, sin gastos de transporte, sin pérdida de tiempo, pero además, esta visita cuenta con un acompañamiento institucional de los gobiernos de turno que permitan que esa familia tenga todo lo necesario para contar con una excelente salud, entonces allí es importante contar por ejemplo con servicios públicos domiciliarios eficientes y frecuentes, alimentación, apoyo psicológico, empleo, actividades deportivas, lo mas seguro es que disminuiría las enfermedades.
Obviamente estos no se hace con dos pesos, se debe invertir la gran mayoría de recursos de la salud, entonces debemos pasar de ese bajo porcentaje que se invierte en promoción y prevención a un 80% por lo menos, entonces al no aumentar los enfermos, esto va a permitir que ese dinero que ahorremos lo invirtamos realmente en enfermedades catastróficas o huérfanas, aquellas terminales, es decir donde realmente se necesite el dinero para que todos los usuarios tengan una oportunidad de mejora.
Si me lo preguntan a mí, esto no tiene nada de imposible ni descabellado, me parece posible de lograr, ahora falta ver quien logra implementarlo.