Las fiestas noviembrinas de Cartagena: una celebración de música y danzas que «honra» la identidad de todo el Caribe

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Cada noviembre, Cartagena de Indias se viste de fiesta para celebrar su independencia, en una conmemoración que lleva más de dos siglos marcando el carácter y la identidad de la ciudad. Desde aquel 11 de noviembre de 1811, cuando Cartagena fue la primera ciudad en liberarse del dominio español, las fiestas han evolucionado constantemente, pero siempre han mantenido el espíritu de resistencia, orgullo y libertad que define a los cartageneros.

Hoy, esta festividad es una mezcla vibrante de tradiciones ancestrales y nuevas expresiones culturales.En sus primeros años, las Fiestas de Independencia eran tanto un acto solemne como una fiesta popular. La élite colonial celebraba con valses europeos en los grandes salones, mientras el pueblo llenaba las calles con ritmos como la cumbia y el mapalé, acompañados por el inconfundible retumbar de los tambores afrocaribeños. Estos contrastes no solo reflejaban las diferencias sociales de la época, sino también la diversidad cultural que ha caracterizado a Cartagena desde sus orígenes.

En los años 30, las fiestas adquirieron un nuevo elemento que unió a toda la ciudad: la elección de la Reina Popular. Este evento rápidamente se convirtió en un símbolo de orgullo barrial y participación comunitaria. Los barrios cartageneros se volcaban en apoyar a sus candidatas, y la coronación de la reina representaba el espíritu de unidad y carisma que definía a cada comunidad. Así, las Fiestas de Independencia se transformaron en una oportunidad para que la gente celebrara su identidad, no solo como ciudad, sino también como conjunto de barrios y culturas entrelazadas.

Las décadas de los 70 y 80 trajeron consigo la época dorada de las casetas, enormes espacios donde las mejores orquestas locales e internacionales llenaban de música las noches cartageneras. Las agrupaciones de salsa, vallenato y música tropical como los Gaiteros de San Jacinto y la Billo’s Caracas Boys hacían vibrar a toda la ciudad hasta el amanecer. Las calles, repletas de puestos de frituras, máscaras y juegos populares, creaban un ambiente de feria que hacía de las Fiestas de Independencia una experiencia inolvidable para locales y visitantes.

En la actualidad, aunque las casetas han quedado en el recuerdo y la celebración ha adoptado formas más modernas, las Fiestas de Independencia siguen siendo un espacio vital para la expresión cultural y comunitaria. Los desfiles que recorren la ciudad son un tributo a las tradiciones afrodescendientes y al espíritu de lucha por la libertad, mientras que la gastronomía típica, con sus platos de mariscos, arroz con coco y frituras, sigue siendo un elemento esencial que conecta el presente con el pasado.Cartagena, con su riqueza histórica y cultural, continúa reinventándose cada año durante estas fiestas.

Aunque los tiempos cambian, el legado de resistencia, orgullo y diversidad sigue vivo en cada desfile, en cada canción y en cada rincón de la ciudad. Las Fiestas de Independencia de Cartagena no solo celebran la libertad ganada hace más de 200 años, sino también la vibrante cultura que ha crecido desde entonces y que sigue mirando al futuro con la misma pasión.

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