La ética en la programación de robots y el fomento de las artes, son desafíos actuales en la Inteligencia artificial. En la Web Summit de Lisboa, expertos abordaron las implicaciones éticas de la inteligencia artificial (IA) en diversos sectores.
Janet Adams, directora de Operaciones de SingularityNET, una empresa centrada en desarrollar la “inteligencia general artificial” (AGI, por sus siglas en inglés), abogó por perfeccionar la inteligencia artificial para lograr algoritmos equiparables al intelecto humano. Su androide, Desdemona X, representa la visión de cambiar las estructuras de poder y mejorar la calidad de vida.
Por otra parte, en la aplicación de la IA en las industrias creativas, Matthew Blakemore enfatizó el dilema ético en la recopilación de datos para mejorar ofertas de consumo.
También se señaló la preocupación sobre la modificación de acciones de actores mediante IA, con riesgos éticos y laborales.
La ética en la IA no solo es un desafío en la gestión de robots, sino también en la producción creativa. Y el riesgo de sesgos y la necesidad de cuidado en la información utilizada para entrenar modelos fueron resaltados.
A pesar de las advertencias, se destacó la IA como una contribución positiva para potenciar carreras profesionales y mejorar la calidad de contenidos.