La dictadura perfecta

Por Alexander Covilla Manjarres

Con la elección cantada con muchísima antelación de la exministra Margarita Cabello como procuradora general de la Nación, el ajedrecista terminó de colocar el alfil que faltaba, para tornar inexpugnable el gobierno de Iván Duque Márquez.

Quien al contar con funcionarios, cuyas competencias otorgadas por la constitución y la ley están para vigilar y controlar la actuación administrativa de su gobierno, pero, que por el contrario, al estar a su servicio, omiten sus obligaciones, rompiendo temerariamente uno de los supra principios que fundan un estado social y democrático de derecho, nos referimos a la figura de los check and balance o de los pesos y contrapesos.

Fue en el gobierno de Uribe cuya aprobación del acto legislativo 02 de 2004, donde se aprobaba la reelección, la cual fue aprobada con el voto determinante de Yidis Medina, la excongresista nefastamente recordada por la Yidis Política, quien abriera las puertas a la reelección presidencial y a la figura que hoy tratamos.

Esto generó opiniones divididas, en tanto que unos consideraron que esto hacía más operante a la democracia –al ser el pueblo quien decidiera si un gobierno debía continuar o no– otro sector fue crítico al respecto, por considerar que ello solo llevaría a la peligrosa concentración de poderes en manos de una persona, rompiéndose con ello el equilibrio establecido en la Carta Política de 1991, al concentrar el poder en una sola persona.

Hoy día la contraloría cuya misión asignada es de procurar el buen uso de los recursos y bienes públicos, pero, que en cabeza de Carlos Felipe Córdoba, ni se ha inmutado respecto de los 3.500 millones de pesos invertidos por duque en plena pandemia para subir su popularidad, entre otros gastos injustificados.

Con el nombramiento de Francisco Barboza, el amigo del presidente desde la universidad, en la Fiscalía general de la nación, se asegura al presidente que ninguna investigación que se adelanta en esa entidad en su contra va a arrojar resultados, menos los perfilamientos denunciados por el senador Petro en los últimos días.

En los que se acusa al presidente duque de perfilamientos a la oposición, y quien admitió que se hicieron una “encuestas” para conocer la aceptación del actual gobierno.

La defensoría del pueblo no podría estar ausente de este cuarteto de los 4 fantásticos, esta entidad cuya misión es la de protección, defensa, promoción, divulgación y ejercicio de los derechos humanos, lo cual en las actuales circunstancias de posconflicto y pandemia le imponen enormes retos en los próximos años, pero, que eso muy poco le importa al actual gobierno, sobre todo si impulsa a alguien como el señor Carlos Camargo Asís, quien también fue compañerito estudios del presidente, pero, que no cuenta con la preparación ni formación en derechos humanos, como lo señalo la oposición, quien aseguro que este es requisito que exige el cargo.

Lo importante no es cumplir una función administrativa sino cobijar una función administrativa, y aunque suene a juego de palabras su significado es muy profundo, no es lo mismo vigilar, supervisar y controlar al presidente que estar en función a él.

Si bien la palabra dictadura es muy ambigua, y por sí sola sólo significa que “Es el ejercicio del poder absoluto y soberano” cuando se ejerce el poder de dicha forma, se desarrolla la antítesis de la democracia.

Ahora bien, ya teniendo claro que dictadura hace referencia al grado de poder que se ejerce (absoluto y soberano), que democracia se refiere a los titulares de ese poder (las mayorías), y que el concepto dictadura es opuesto al de democracia cuando aquel es ejercido por un hombre o por unas minorías, como en nuestro caso colombiano.

Actualmente surge una novedosa figura que se ejerce por un grupo político o partido que está legitimada por algunos y legalizada por las leyes positivas de nuestro país, por ello se busca cooptar la funciones de supervisión vigilancia y control así como la de hacer la leyes tipo sastre que le sean de conveniencia al entorno mediato del ejecutivo, creando de esta manera la dictadura perfecta de duque, quien evito habernos convertido en Venezuela.

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