El renovado interés científico por el kéfir
El kéfir, un fermentado tradicional originado en la región del Cáucaso, ha vuelto a ser objeto de estudio debido a su rica composición microbiana y su posible impacto en el sistema digestivo y en la respuesta inmune.
Llamado también “oro blanco”, contiene entre 30 y 60 microorganismos vivos que interactúan directamente con la microbiota intestinal. Su presencia en investigaciones científicas, especialmente las alojadas en PubMed, ha impulsado nuevas líneas de estudio sobre sus beneficios potenciales.
Una matriz microbiana activa
Los estudios describen al kéfir como una combinación de bacterias y levaduras que producen compuestos bioactivos durante la fermentación.
Se elabora con gránulos blancos y gelatinosos, que transforman la leche o el agua en una bebida fermentada tras 24 a 48 horas de reposo, produciendo ácido láctico y otros metabolitos.
César Casavola, presidente de la Sociedad Argentina de Médicos Nutricionistas, explica que el kéfir de leche aporta proteínas, vitaminas del grupo B y minerales, mientras que el kéfir de agua resulta más ligero pero conserva su potencial probiótico. Ambos dependen de la diversidad microbiana que contienen para generar sus efectos.
¿Qué dice la evidencia científica?
Según Casavola, la mayor parte de la evidencia proviene de estudios in vitro y en animales, donde el consumo de kéfir se ha relacionado con:
- Mejor digestión
- Reducción de bacterias oportunistas
- Mayor variedad microbiana intestinal
Especies presentes en el kéfir, como Lactobacillus kefiranofaciens y Saccharomyces cerevisiae, ayudan a regular el pH intestinal y a mantener la estabilidad del ecosistema microbiano.
La nutricionista Milagros Sympson señala que estos cambios pueden influir positivamente en la absorción de nutrientes y en molestias digestivas como diarrea, estreñimiento o síntomas asociados al síndrome del intestino irritable.
Un estudio de Bristol Myers Squibb Medicine también observó una reducción de la disbiosis en pacientes críticos y destacó que durante la fermentación se generan péptidos bioactivos que pueden estimular mecanismos de defensa del organismo.
Recomendaciones para su preparación y consumo
Para quienes elaboran kéfir en casa, los especialistas recomiendan:
- Mantener condiciones estrictas de higiene
- Controlar los tiempos de fermentación
- Consumirlo entre 7 y 10 días después de preparado
La ingesta ideal sería de 100 a 200 ml diarios, suficiente para notar posibles efectos en la salud intestinal, según los expertos consultados.
¿Qué es el kéfir y por qué se considera un “superalimento”?
El kéfir se produce a partir de los llamados granos de kéfir, una comunidad simbiótica de bacterias y levaduras que puede contener hasta 61 cepas microbianas distintas, una cifra muy superior a la del yogur tradicional.
El Centro Nacional de Información Biotecnológica de Estados Unidos destaca que es un alimento seguro, accesible y fácil de preparar en casa, lo que ha aumentado su popularidad entre quienes buscan alternativas probióticas naturales.











