Cada 29 de junio, las comunidades ribereñas del Canal del Dique honran la labor de quienes han hecho de la pesca su vida y su cultura. A lo largo de los 115 kilómetros que conectan el río Magdalena con la bahía de Cartagena, hombres y mujeres lanzan sus atarrayas al agua, preservando prácticas ancestrales que hoy son símbolo de resistencia y dignidad.
La celebración se vive con fervor en corregimientos como Gambote, Leticia y Calamar, donde se realizan misas en honor a San Pedro, competencias de pesca artesanal y festivales gastronómicos que exaltan sabores locales como el pescado frito y el sancocho. Las autoridades acompañan la jornada con la entrega de artes de pesca, capacitaciones y reconocimientos a quienes mantienen vivo este oficio fundamental para la seguridad alimentaria y la economía de la región.
Hoy junto a Ecosistemas del Dique hacemos un homenaje reconociendo la importancia de estas comunidades en la preservación del territorio y la riqueza natural del Canal del Dique. Porque parte de este megaproyecto también es resaltar la cultura y la sabiduría de quienes han vivido en armonía con el agua durante generaciones.











