Antes de que las majestuosas murallas de Cartagena y el Castillo San Felipe de Barajas y se erigieran como guardianes de la ciudad, hubo una infraestructura menos conocida pero igual de crucial en su fundación, se trata de los hornos que fueron fundamentales para la edificación de la famosa “Fantástica Cartagena”.
Estos hornos funcionaron como canteras y centros de producción de materiales como la cal, uno de los elementos esenciales en la construcción de las murallas, dan cuenta de la ingeniosidad y el trabajo artesanal que definió el rostro de la ciudad colonial.
El primer horno identificado y el más emblemático es ‘El Gran Diablo’, ubicado en la estratégica zona de Bocachica, este horno fue construido a principios del siglo XVIII, es uno de los mejor conservados de la región y está hecho con la misma piedra de alta calidad que se usó en las murallas de la ciudad, además de su importancia en la producción de cal para la construcción, El Gran Diablo tiene un papel crucial en la historia militar de Cartagena, pues en 1741, durante la famosa Batalla de Cartagena de Indias contra el Almirante inglés Edward Vernon, se utilizó como crematorio para los soldados caídos en defensa de la ciudad.
Además, en la península de Barú, en el corregimiento de Ararca, se encuentran dos hornos adicionales que fueron clave en la producción de materiales para las murallas, junto con otros elementos de infraestructura colonial, como aljibes y pozos, estos hornos cuyo hallazgo fueron el punto de partida para la identificación de otros 34, que forma parte ahora de la ruta de hornos más grande de Latinoamérica.
El Horno del Gran Diablo y otros hornos similares son ahora parte de una propuesta para ser reconocidos como Patrimonio de la Humanidad, ya que representan una parte fundamental de la historia de Cartagena. Fuente: RegiónCaribe.com Fotos: A quien corresponda