Los beneficios del cannabis para combatir el cáncer se conocen desde hace años, y por tal razón la ciencia continúa estudiando esta planta en la actualidad.
La existencia del Delta 8 THC se dio a conocer en los años 40, cuando se descubrió que este cannabinoides psicoactivo contiene su propio conjunto de beneficios terapéuticos, muy diferentes a los del Delta 9 THC, que es el responsable del principal efecto de la marihuana.
Hasta el momento, la mayoría de las investigaciones del uso de la marihuana se ciñen en estudiar el Delta 9 THC, dejando de lado el Delta 8 THC, a pesar de que en 1974 un estudio de Oxford Academics publicado en el Journal of the National Cancer Institute reveló que esta sustancia es capaz de matar las células cancerígenas.
Este no ha sido el único trabajo que demuestre los beneficios de esta sustancia, pues en 1955 un estudio realizado por el Hospital Shaare Zedek, el Hospital Bikur Holim y la Universidad Hebrea de Jerusalén, demostró que el uso de Delta 8 THC en 480 niños con cáncer, dio como resultado la desaparición de la enfermedad e incluso de los vómitos que el tratamiento provoca.