En un hecho sin precedentes desde 1996, Estados Unidos revocó la visa del presidente colombiano Gustavo Petro, marcando un nuevo punto crítico en las ya tensas relaciones entre ambos países. El mandatario confirmó la medida la noche del lunes durante un consejo de ministros, en tono irónico: “No puedo ir porque parece que me han retirado la visa… ya he visto al Pato Donald varias veces”.
La decisión llega tras meses de desencuentros. En enero, Petro impidió el aterrizaje de aviones militares estadounidenses con migrantes deportados, citando condiciones inhumanas. Washington respondió con la suspensión de trámites consulares y amenazas de revocar visas a funcionarios colombianos.
Aunque no se han ofrecido explicaciones oficiales, analistas vinculan la medida con las duras críticas del presidente a políticas comerciales de EE. UU. y su postura frente a temas de seguridad regional. Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, cuestionó a Petro por supuestamente minimizar la amenaza del grupo criminal Tren de Aragua.
La última vez que un presidente colombiano perdió su visa estadounidense fue en 1996, cuando Ernesto Samper enfrentaba acusaciones de vínculos con el narcotráfico.
Ni la embajada de EE. UU. ni la Cancillería colombiana han emitido comunicados. Petro, por su parte, anunció que reforzará lazos con otras potencias, señalando a China como nuevo foco de cooperación.











