Divorcio con hijos o sin hijos en España: claves a tener en cuenta

Enfrentarse a un proceso de divorcio es algo que nunca está previsto cuando una pareja se da el «sí, quiero» el día de su matrimonio, pero es algo que ocurre con mucha frecuencia. Un divorcio puede ser un proceso sencillo y rápido o convertirse en un proceso judicial complejo dependiendo de cómo ambas partes se tomen el proceso y si hay o no hijos de por medio en el matrimonio.

En España es posible gestionar procedimientos de divorcio de mutuo acuerdo en el notario siempre y cuando no existan hijos menores o incapacitados, algo que simplifica mucho la situación a una pareja que decide dejar de serlo por mutuo acuerdo entre ambas partes. En caso de que existan hijos menores o incapacitados o el proceso no sea de mutuo acuerdo, el proceso deberá de tramitarse necesariamente en el Juzgado por tratarse de un divorcio con hijos o donde ambas partes difieren en algún punto.

Siempre es mejor un divorcio de mutuo acuerdo, especialmente si existen hijos, pues se debe de proteger la infancia y el derecho a criarse y educarse en un entorno familiar seguro que les permita desarrollar su personalidad y vida adulta. Por ello no debe de existir enfrentamientos en procesos de divorcio, pero si existen menores, no es algo caprichoso, sino una absoluta necesidad tratar de ponerse de acuerdo en la regulación de la separación y en la cordialidad que requiere ponerlo en práctica.

La pensión en el divorcio con hijos: el asunto más importante

Si bien esto no es algo a lo que hay que enfrentarse en un divorcio sin hijos, los matrimonios con hijos menores que deciden divorciarse deben llegar a un acuerdo respecto a la pensión que el progenitor que no tenga la custodia de los menores debe pasarles de forma mensual. Esta pensión les corresponde a los hijos para cubrir sus necesidades y ninguno de los progenitores pueden disponer de ella para lo que no les corresponde.

La patria potestad, el régimen de visitas o la guardia y custodia de los menores alcanza hasta que éstos cumplen los 18 años de edad, pero no ocurre lo mismo con la pensión de alimentos, que el progenitor deberá seguir abonando mes a mes hasta que los hijos alcancen una independencia económica. Se entiende por independencia económica cuando un hijo es capaz de valerse por sí mismo de forma autónoma a través de un trabajo remunerado o ingresos estables.

Esto puede ocurrir tan pronto como a los 18 años si el hijo o hija empieza a trabajar o tan tarde como los 30 años si el hijo decide estudiar una carrera universitaria compleja y de larga duración como medicina. Por tanto, este aspecto es fundamental a la hora de redactar un acuerdo de divorcio o de llevar a tu expareja a los tribunales para que se ocupe de mantener y costear las necesidades de sus hijos hasta que éstos sean capaces de mantenerse por sí mismos.

Divorcio sin hijos: un proceso más rápido y sencillo

Un divorcio en el que no hay hijos de por medio y donde ambas partes deciden finalizar su matrimonio de mutuo acuerdo y sin problemas es el más sencillo de los divorcios. En este tipo de procesos de divorcio no hace falta que intervenga el Ministerio Fiscal por tratarse de divorcios de carácter amistoso y sin vínculos paternofiliales.

En este tipo de divorcios se deben regular cuestiones relacionadas con el patrimonio, con los bienes comunes y también con las deudas que se hayan adquirido conjuntamente durante el matrimonio. Ambas partes implicadas pueden realizar aquellos pactos y actuaciones que deseen con sus bienes y deudas repartiéndose la carga como estimen oportuno.

En los divorcios sin hijos lo normal es tramitar el proceso de forma amistosa para evitar los tribunales, pero en caso de que no se llegue a un acuerdo tendrán que acudir para dirimir sus diferencias. Estas diferencias pueden estar causadas por no querer aceptar la tramitación de la separación por parte de uno de los cónyuges o por haber sido incapaces de conciliar sus intereses económicos y patrimoniales de forma que ambas partes queden satisfechas.

Como se puede apreciar, los divorcios con hijos o sin hijos en España guardan algunas diferencias notables tanto en el procedimiento como en los temas a tratar durante el proceso. Siempre es recomendable recibir asesoramiento profesional para velar por tus intereses.

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