Wilson, un ex trabajador de seguridad del Hotel Decameron Barú, rompió el silencio tras ser despedido de su puesto luego de intentar alimentar a los perros que custodian la entrada del hotel con restos de comida desechada por la cocina del establecimiento.
El incidente ocurrió el 24 de diciembre, cuando Wilson observó cómo se botaban grandes cantidades de alimentos y decidió recogerlos en una bolsa plástica para dárselos a los perros que ayudan a vigilar la portería del hotel.
Sin embargo, fue interceptado por un supervisor de seguridad, quien le indicó que estaba prohibido alimentar a los animales, según las normas internas del hotel. Durante el incidente, el supervisor tomó fotografías del trabajador.
Días después, Wilson fue citado a una audiencia de descargos ante Recursos Humanos, acompañado por representantes del sindicato. Ocho días después, recibió la notificación de su despido.
Wilson, además afirma que los animales que deambulan por las instalaciones del hotel, eran los «perritos de la portería», ya que lo acompañaban en sus turnos.