Los nombres de los pueblos y corregimientos colombianos son mucho más que simples etiquetas geográficas; son huellas vivas de las historias, leyendas y momentos que definieron su identidad. En el corazón de Bolívar, Mahates es un ejemplo perfecto de cómo las divisiones sociales y políticas de antaño han dejado una marca indeleble en el territorio. De este municipio nacieron dos corregimientos cuyo origen remonta a una vieja disputa entre sus habitantes: Malagana y Evitar.
La historia se remonta a varias décadas atrás, cuando Mahates era escenario de una fuerte lucha interna entre dos grupos de población que, cansados de los conflictos, decidieron que lo mejor era separarse. La disputa, que parecía no tener fin, obligó a separar a los bandos y enviar a cada uno a un nuevo asentamiento más al sur del municipio. Fue entonces cuando nacieron Malagana y Evitar, cuyos nombres reflejan de manera directa los sentimientos de los pueblos en ese momento.
Evitar, fundado por el primer grupo que buscaba una solución pacífica y tranquila, llevó su nombre con la esperanza de dejar atrás los problemas. Los fundadores de Malagana, por otro lado, se sintieron obligados a abandonar su tierra, pero lo hicieron “de mala gana”, lo que quedó reflejado en el nombre de su nuevo hogar.
Esta narrativa, que fue inmortalizada en las crónicas del periodista Ernesto McCausland, se ha convertido en un referente de cómo la historia de los pueblos puede estar marcada por el contexto social y político de su tiempo.
Fotos. A quien corresponda. Fuente. El Tiempo.