“Toda ciudad dividida será asolada”, (Mateo 12:35)
Por Alvaro Morales de León
“Toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá», y añade, “…será asolada”, así quedaron consignadas en el capítulo 12 del Evangelio según San Mateo estas palabras expresadas por Jesús, El Maestro, producto de la permanente confrontación que contra sus mensajes y actuaciones tenían contra él los fariseos, esos mismos que predicaban una cosa y hacían otra muy diferente y que además, ponían cargas a otros que ni ellos mismos podían llevar. Palabras muy sabias y verdaderas.
Cartagena es un buen ejemplo de una ciudad dividida, sobre todo en este cuatrienio en que le tocó a William Dau ser el alcalde de esta ciudad con un Concejo diametral y totalmente opuesto a su gobierno desde sus inicios.
Pero la división de la ciudad no es solo en lo político, también es una ciudad dividida en lo social y en lo económico, ciudad en la que todavía algunos viven de su rancio abolengo, ciudad en la que todavía subsiste el racismo y la discriminación.
La división política que actualmente se vive entre el administrador, el alcalde, y el coadministrador, el Concejo, que no es nueva, indudablemente repercute y se ve reflejada en las condiciones de pobreza, pobreza extrema y miseria en la que vive una buena parte de la población.
Se ve también reflejada esta división en problemas como la falta de vías y obras de infraestructura vial para que se comiencen a disminuir las complicaciones en la movilidad, también se refleja en un deficiente Sistema de Transporte Masivo que cada cierto tiempo entra en crisis financiera afectando a los usuarios del servicio.
Se refleja también la división politica entre el concejo y alcaldía en la baja cobertura en salud y en la educación, pero también se refleja en el incremento de la inseguridad en toda la ciudad y, además, en el lamentable estado de la infraestructura escolar.
De parte y parte, alcaldía y concejo, tienen un alto comprometimiento por el estado en que se encuentra la ciudad. Un Concejo que le pone obstáculos a muchas de las iniciativas del alcalde y un alcalde que se pasa, se extralimita con su vocabulario procaz, vulgar y burlesco cuando se dirige a los Concejales, de ahí los bajísimos porcentajes de aceptación y los altos niveles de desaprobación para ambos.
Nos aproximamos a unas nuevas elecciones y pedimos a Dios que nos mande un buen gobernante para Cartagena, y a los ciudadanos, votar a conciencia.
Cartagena no resiste más fracasos, ya son varios los gobernantes que han decepcionado a los ciudadanos y a quienes votaron por ellos.