A principios de los años 90, Cartagena vivió el nacimiento de un ambicioso proyecto de entretenimiento que prometía convertirse en el epicentro de la diversión familiar en la región, en 1991 comenzó la construcción de ‘Acuarama’, un parque acuático localizado en Bocagrande en la esquina de la Sexta con la avenida La Playa.
Con una inversión considerable fue construido con tecnología comparable con los parques más modernos de Estados Unidos, como los de Atlanta,
Acuarama abrió oficialmente sus puertas en 1994, sus principales atracciones, los toboganes de alta velocidad y piscinas de gran capacidad, cautivaron rápidamente a locales y turistas. Desde su inauguración, la entrada general costaba $10,000 pesos por persona, un precio accesible para la época, con descuentos especiales para familias, rápidamente el parque se convirtió en un lugar ideal para pasar el día entero, con horarios que iban desde la mañana hasta las 6 de la tarde.
Además, Acuarama era más que solo un parque acuático; en sus primeras temporadas organizaba presentaciones de orquestas, grupos de vallenato y otros espectáculos en vivo, lo que lo consolidó como un espacio cultural y de entretenimiento.
Sin embargo, la historia de Acuarama fue breve, detrás de su éxito inicial, comenzaron a surgir problemas de gestión, la mala administración a cargo de su propietario, fue deteriorando la infraestructura y afectando la calidad de los servicios y para 1996, apenas dos años después de su apertura, el parque entraba en una inevitable decadencia, las promociones agresivas y el alquiler de las instalaciones para fiestas privadas no lograron revertir la situación financiera.
Finalmente, Acuarama cerró sus puertas alrededor de 1998, después de cuatro años de funcionamiento.
La esquina donde se encontraba el parque acuático hoy permanece vacía, pero quienes pasan por el lugar no dejan de recordar aquel parque que tenia piscinas y toboganes.