¿A qué estamos jugando?

Las enfermedades no nos llegan de la nada”. Hipócrates

Por Álvaro Morales de León

Definitivamente, con la realización de los eventos futbolísticos eliminatorios con miras al Mundial de Qatar en 2022, se comprueba una vez más que el poder de las organizaciones de este deporte está por encima de todos los gobiernos y por encima de todo el ordenamiento y las disposiciones legales.

Son organizaciones, como la FIFA, que a nivel mundial parecieran ser un Estado dentro de otro Estado, siendo inmunes a todo, menos al momento en que los gringos les descubren lavado de dineros que afectan su economía; procedimientos de corrupción al que no han escapado otras organizaciones del balompié, como la regional Conmebol, o la nacional, Federación Colombiana de Fútbol.

Es indiscutible que la realización de estos estos eventos eliminatorios en época de Pandemia, son de altísimo riesgo y de una muy alta provocación al agresivo virus del Covid para que se “envalentone” y aproveche para ampliar su cobertura de infección dada la inevitable aglomeración de fanáticos de este deporte y las expresiones de júbilo que se despiertan y manifiestan ante el estímulo de sentimientos de nacionalismo deportivo.

De nada han valido entonces todos los esfuerzos de los gobiernos, de la EPS, de las entidades y organizaciones de salud, de las tardes televisivas del presidente Duque, y aún, de gran parte de la ciudadanía en cuanto a insistir y poner en práctica las medidas de prevención para no contagiarse si en un partido de fútbol y por causa de ese mismo partido todo se tira por la borda.

Lo que se vio y se conoció que ocurrió este viernes 9 de octubre en el Metropolitano de Barranquilla con la desbordada asistencia de público con credenciales de invitación al evento deportivo es una muestra de ello, y evidencia el irrespeto de los organizadores de estos encuentros deportivos.

A todo lo anterior hay que añadirle el desbordado número de tabernas y terrazas de venta de licor que tuvieron que ser intervenidas por estar violando los protocolos de cuidados para evitar el contagio con el virus.

Podemos ver que mientras por una parte el gobierno se “desgañita” y derrama gruesas sumas de dinero en promociones radiales y televisivas insistiendo en el cuidado para que el virus no nos toque, por otra, ese mismo gobierno es débil ante la presión de las organizaciones del fútbol y ante la presión de los comerciantes e industriales, que parecen darles más valor a sus utilidades que a la vida de los ciudadanos.

Y así es, mientras los comerciantes se jactan con proclamar que el primer día sin IVA, realizado el día 3 de julio de 2020 ha sido el mayor día de comercio electrónico en toda la historia de Colombia, y que en cada uno de los dos días sin IVA llevados a cabo el 19 de junio y el 3 de julio se generaron ventas por cerca de 5 billones de pesos, el tercer día sin IVA programado para el 19 de julio debió ser cancelado ante la comprobación del aumento de contagios y fallecimientos por el Covid-19.

Si hacemos las cuentas, y conociendo que el periodo de incubación del virus es de 14 días, esperemos a que partir del 23 de octubre los picos de contagio y fallecimiento suban, y la disponibilidad de camas UCI y respiradores, disminuyan; gracias al señor Infantino y al señor Jesurum.

Finalmente, a qué estamos jugando, ¿a la vida o a la muerte? y tengamos presente lo que hace 2.400 años dijo Hipócrates: “las enfermedades no nos llegan solas”.

Comparte esta noticia

Suscríbete

Al presionar el botón de suscripción, confirmas que aceptas nuestra Política de Privacidad.
Publicidad