El Canal del Dique avanza con paso firme hacia una gestión más moderna, sostenible y participativa, gracias al uso de tecnologías de última generación que permiten garantizar su navegabilidad y proteger el entorno natural y social que lo rodea.
Una de las principales herramientas es la batimetría, que permite analizar el fondo del canal. Para esto se emplean ecosondas de última generación, con tecnologías monohaz y multihaz, instaladas en embarcaciones especialmente diseñadas para operar en los diferentes entornos de la hidrovía y su área de influencia. Estas lanchas permiten trabajar con precisión tanto en zonas de bajo calado, como ciénagas y caños, como en tramos más profundos del canal navegable.
La ecosonda monohaz, que emite un solo haz de sonido en forma vertical, se utiliza principalmente para monitorear puntos específicos con gran exactitud. Por su parte, la ecosonda multihaz escanea y genera mapas detallados del fondo del canal gracias a su capacidad de emitir múltiples haces en forma de abanico sobre áreas extensas.
La frecuencia de estas mediciones depende de la dinámica de cada sector: en zonas con intervención activa, se realizan levantamientos diarios con tecnología monohaz, mientras que las batimetrías multihaz se realizan con una periodicidad que van desde una vez por semana a una vez al mes.
Los datos recolectados permiten detectar a tiempo la formación de barras de sedimento que podrían bloquear la navegación, identificar estructuras sumergidas como naufragios, que, aunque no representan un riesgo inmediato, deben tenerse en cuenta para el diseño de obras, y alimentar modelos que ayudan a proyectar escenarios futuros y prevenir impactos ambientales.
Todo este trabajo es desarrollado por el Concesionario Ecosistemas del Dique, bajo la supervisión constante de la interventoría, que verifica el cumplimiento de los estándares técnicos y ambientales. Además, el proyecto ha integrado a las comunidades locales no solo mediante procesos de socialización, sino también con la vinculación directa de personal ribereño a la operación y actividades de campo, fortaleciendo el sentido de pertenencia y la gestión compartida del canal
Así, las batimetrías no son simplemente una medición técnica: se han convertido en una herramienta clave para planificar obras, optimizar el dragado, cuidar el medio ambiente y promover una gestión participativa que beneficie a las poblaciones del











