El Convento de Santa Clara, ubicado en el barrio de San Diego en Cartagena, ha sido testigo de múltiples transformaciones a lo largo de los siglos, desde su fundación como monasterio en el periodo colonial, hasta su conversión en hospital, manicomio y, más recientemente, un lujoso hotel.
Este edificio ha acumulado no solo historia, sino también misterios, uno de los más intrigantes es el destino del altar de su capilla, un tesoro artístico que desapareció sin dejar rastro.
El altar, una obra de arte que adornaba la capilla del claustro, fue desmantelado junto con otros objetos de valor en 1975, cuando el Hospital Santa Clara se trasladó a Zaragocilla, según algunas versiones, Eduardo Lemaitre Román, en su afán por preservar el patrimonio de Cartagena, coordinó el rescate de este altar, los detalles sobre su destino inicial son claros: se desmontó pieza por pieza en un trabajo minucioso y fue trasladado temporalmente para evitar que el abandono y el saqueo lo destruyeran.

Sin embargo, aquí comienza el enigma. Algunos testigos aseguran que el altar fue llevado al Convento de La Popa, donde se ensambló nuevamente.
Pero esta versión choca con otros relatos que sostienen que, antes de completar su traslado, el altar desapareció misteriosamente. Para muchos, el altar nunca llegó a La Popa, rumores apuntan a que salió de Cartagena, posiblemente a manos de coleccionistas privados o comerciantes de arte.
Otras versiones más locales sugieren que se trasladó a otro convento o iglesia de la ciudad y quedó en el olvido. Aún más inquietante es la idea de que el altar haya sido saqueado y sus piezas distribuidas en el mercado negro.
Hoy, el altar desaparecido sigue siendo un misterio en Cartagena, y aunque han pasado muchos años todavía siguen buscando respuestas sobre este magno altar.











