En las últimas 24 horas, las autoridades de Volos, en el centro de Grecia, han recogido del mar más de 57 toneladas de peces muertos.
Las fuertes lluvias ocasionaron el desbordamiento de un río cercano al mar llamado Karla, lo que ocasionó que peces de agua dulce ingresaran a zonas inundadas, luego, el gobierno regional decidió abrir compuertas a un arroyo cercano que terminó llevando los animales al agua salada y estos, a su vez, muriendo.
Las autoridades griegas han comenzado la recolección masiva de los cadáveres, que fueron arrastrados fuera de su hábitat natural. Lo que ha representado no solo un impacto en el medio ambiente, sino económico pues el olor insoportable amenaza con afectar a los restaurantes y hoteles cercanos.
Toneladas de peces han sido recogidas en las últimas 24 horas, mientras los residentes y las autoridades luchan por evitar un desastre ecológico mayor.