Desde el claustro San Agustín de la Universidad de Cartagena, el rector de dicha institución, William Malkún, se refirió al fallo otorgado por la Corte Constitucional de no devolver alrededor de 200 mil millones a Ecopetrol por el concepto de pago de la estampilla. Es de conocimiento que desde el pasado 13 de febrero del 2013, Ecopetrol presentó una demanda de nulidad y restablecimiento de derecho contra los actos administrativos de la universidad, los cuales fueron negados a pagarse. Frente a ello, se presentaron algunas pugnas legales que se dieron por finalizadas el pasado viernes 13 de diciembre. Mediante el fallo, la Corte deja sin efectos la decisión judicial que ordenaba a la Universidad de Cartagena devolver a Ecopetrol los pagos por el concepto de estampilla, que con gastos  adicionales ascendían a 300 mil millones de pesos. «Este año a la Universidad de Cartagena con su juventud y con su grito de defensa de la universidad pública, hoy, han dado un fruto importante para ello y que van a tener un futuro ya no con terror de que la universidad pueda entrar en una crisis financiera», señaló Williams Malkún, rector de esta alma mater.  Por otra parte, Malkún, manifestó el alivio que traen este tipo de decisiones que van en pro de salvaguardar la educación de miles de jóvenes que acceden a la educación superior de manera pública.  «Ustedes no saben, la carga que me he quitado de encima (…) Cuando una institución de esta solo se dedica a hacer el bien y de pronto se quiere mancillar el buen nombre en la calle, los detractores y en muchos escenarios. El conseguir un logro cuando nadie daba un peso por esto se siente muy bien», continuó diciendo. Finalizó haciendo un llamado a todos los opositores de la Universidad de Cartagena, llamándolos a pensar en el bien común por encima del bien particular. «El problema es cuando solamente nos empecinamos a destruir y esta institución, tenemos que cuidarla todos», finalizó.

El fuerte San Fernando de Bocachica brindaba seguridad al canal de acceso por vía marítima hacia Cartagena, la ciudad amurallada que secuestraron hace 463 años y que siglos después logró su independencia de España. Por ese mismo lugar pasan hoy grandes embarcaciones que van hacia la ciudad Heroica. Doña Marina, una lugareña, recuerda que por ese mismo sector cruzaban los barcos de “los blancos” para los que trabajó su papá hace 60 años. Ella cree que ese tránsito constante de embarcaciones hizo que desapareciera una pequeña isla que estaba en el área: Isla Abanico. Marina cuenta que con los mangles que sacaban de Abanico, así como del corregimiento de Pasacaballos (Cartagena), hicieron parte de la estructura del gran Gaira, un velero ‘majestuoso’ que su padre Pedro y su hermano Guillermo ayudaron a construir.  “Abanico estaba ahí, al lado del fuerte San José, pero desapareció. Quedaba casi al lado del ‘castillo’. Esa isla tenía entre 600 y 700 metros hace unos cuarenta y cinco años; conozco bien la zona, porque yo buceaba para atrapar monedas que lanzaban desde los cruceros ahí en el canal de acceso a Cartagena. Fue triste, porque poco a poco vimos cómo se fue desvaneciendo Abanico, se iba yendo; hasta el año pasado (2023), cuando desapareció del todo. ¡Esa era una isla grande, llena de mangles!”, recuerda Jorge Olier, hijo de Marina. Hoy, la comunidad lamenta no poder disfrutar de Isla Abanico. El mar se tragó en un abrir y cerrar de ojos la isla, ante los ojos de los nativos de Bocachica, que hoy recuerdan cómo se perdieron las constumbres arraigadas a ese lugar.