Por: Mariana Isabel Oñate Carrillo y Daniela Fernanda Villadiego Velásquez
Hoy 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, que ha sido históricamente un día de lucha por la igualdad de género, la erradicación de la violencia contra las mujeres y la celebración de los logros alcanzados en la lucha por los derechos de las mujeres desde el año de 1857.
Desde el primer momento en que una mujer dijo: “no merezco esto” y luchó por un trato digno de sus derechos, se empezó a romper con la cadena que siempre nos ha acompañado de generación en generación la cual tiene por lema “las niñas se ven más bonitas calladitas”.
Por fortuna, en pleno siglo XXI este refrán cada vez tiene menos eco, pero continúa siendo una idea que aun acompaña a muchos hogares colombianos, es por ello que resulta importante fomentar el empoderamiento de nuestras niñas desde la primera infancia, ya que esto contribuye a la formación de mujeres que se apropian de sus derechos, defienden sus ideas y crean redes sólidas de apoyo. Esto promueve la creación de líderes que inspiran a otras niñas y mujeres, generando un impacto positivo en la sociedad.
El empoderamiento es aquel proceso que se da para fortalecer las capacidades y actuar con poder y libertad; así mismo, es la información a la que se tiene alcance y el saber tomar decisiones y actuar conforme a principios personales.
Sembrar confianza en nuestras niñas las ayudará a ser capaces de perseguir sus sueños. Implementar acciones sencillas en casa como fortalecer su autoestima con afirmaciones asertivas, promover la autoconfianza y el autoconocimiento, es una estrategia para que, en el crecimiento personal, laboral, social, las niñas gocen de un desarrollo integral sin permitir que la abusen con desigualdades de género.
Ahora bien, el empoderamiento es un proceso tanto colectivo como individual, como comunidad debemos brindar respeto, tolerancia y, sobre todo, dejar de lado la estigmatización y contribuir con cada niña, adolescente o mujer a seguir creciendo con libertad y con principios inquebrantables.
De hecho, desde la Corporación Universitaria Rafael Núñez en su materia “Estudio de género” se nos enseña que debemos sacar de esa bola de cristal a las niñas de hoy, que mañana serán mujeres, debido a la cantidad de estereotipos que se esconden entre los hábitos y costumbres sociales.
Al educar a las niñas para que sean autónomas y capaces de tomar decisiones por sí mismas, se les aleja de la idea limitada de ser «princesas» que necesitan ser rescatadas por príncipes, ellas mismas son sus propias heroínas y no necesitan a mas nadie para poder decir “NO”, así se les brinda las herramientas necesarias para establecer límites, defender sus intereses y desarrollar una comunicación asertiva desde una edad temprana. Al permitirles expresar sus emociones y negarse de manera tranquila sin culpas ni juicios negativos, se les empodera para enfrentarse a situaciones patriarcales que las discriminen.
Ahora te toca a ti, cuéntanos cuál crees que es la importancia de empoderar a nuestras niñas desde la primera infancia, te leemos en comentarios.