Logro del gobierno estadounidense contra el narcotráfico
Joaquín “El Chapo” Guzmán, de 61 años, fue hallado culpable este martes en su juicio de tráfico de drogas que se llevó a cabo en Nueva york. La decisión se tomó luego de tres meses y 35 horas de deliberaciones a lo largo de seis días.
La sentencia final se conocerá el 25 de junio, pero se prevé que sea condenado a cadena perpetua.
A “El Chapo” lo declararon culpable de 10 delitos de narcotráfico, posesión de armas y lavado de dinero de los que fue acusado mientras lideraba el Cartel de Sinaloa.
Los participantes en su deliberación, conformados por siete hombres y cinco mujeres, cuya identidad permanece oculta por motivos de seguridad, consideraron el juicio como un logro del gobierno estadounidense que nunca consiguió extraditar y juzgar a Escobar, el exjefe del Cártel de Medellín que murió en una operación policial en 1993.
Asimismo, el juez Cogan acentuó que nunca vio a un jurado decidir con tanto “foco y atención a los detalles”, les agradeció por su “excelente” trabajo y dijo que se sentía “orgulloso de ser estadounidense”.
En los próximos días, se espera que “El Chapo” sea probablemente trasladado a una cárcel en Colorado, ADX Florence, considerada como la prisión más segura de los Estados Unidos.
La pesadilla del narcotráfico no acaba.
Aunque se produjo la captura y condena de “El Chapo”, el Cartel de Sinaloa sigue en pie. Su coacusado Ismael «Mayo» Zambada continúa prófugo y la violencia del narcotráfico no cesa en México, puesto que tuvo una alarmante cifra de 33.341 homicidios el año pasado.
De igual manera, en Estados unidos donde el consumo de opiáceos se ha convertido en una epidemia, las muertes por sobredosis de drogas siguen subiendo y alcanzaron un promedio de 197 al día registrados en 2017.
El juicio de «El Chapo» en la corte de Brooklyn fue un fascinante viaje a uno de los mayores y más despiadados carteles de la droga y a la vida cotidiana de este en la clandestinidad de las sierras de Sinaloa, su estado natal, un drama en el cual sus ex socios participaron en la revelación de información útil para el jurado
La fiscalía convocó al proceso a 56 testigos, desde ex socios a agentes del FBI, la DEA y otras agencias del gobierno, así como a funcionarios de varios países latinoamericanos.
Estos testigos relataron cómo el capo compraba toneladas de cocaína en Colombia a 3.000 dólares el kilo, y las transportaba hasta México en submarinos semisumergibles, aviones, barcos pesqueros o contenedores comerciales, algunas veces con escalas en Ecuador, Guatemala, Belice, República Dominicana y Honduras.
Finalmente llegaba a Estados Unidos por túneles, escondida en latas de jalapeños en trenes, en camiones de gasolina o en compartimentos secretos en automóviles, y era revendida aquí en hasta por 35.000 dólares el kilo.
Además, señalaron que la operación narcotraficante se hizo más viable debido a la complicidad de corruptos funcionarios mexicanos, que recibieron millones en sobornos, por lo que se especula incluye al expresidente Enrique Peña Nieto. También participó un testigo cooperante llamado Alex Cifuentes, un ex narco colombiano.
A pesar que el juicio fue analizado y desarrollado teniendo en cuenta todas las acciones criminales de “El Chapo”, las millonarias importaciones y exportaciones de droga y los factores de corrupción, no cabe duda que para el gobierno estadounidense resultó ser un proceso eficaz el momento de la deliberación.
Ellos lo consideraron una victoria en la disminución de este crimen atroz del narcotráfico que no solo ha atentado contra Estados Unidos y México, sino también en muchos países latinoamericanos.