Preparativos para los juegos del Bicentenario

Durante el colorido acto de lanzamiento de los Juegos del Bicentenario, el alcalde Pedrito Pereira Caballero, aprovechó para hacer un balance de cómo avanzan los preparativos por parte del Distrito para estas justas que congregarán a todo el país en Cartagena y el Departamento.

El mandatario le explicó al presidente Iván Duque Márquez, a Ernesto Lucena, director de Coldeportes y otras autoridades deportivas y nacionales, la gestión que se adelanta para hacer de este encuentro deportivo el mejor en la historia de este certamen nacional.

Prueba de ello es que todos los cartageneros y colombianos que deseen saber cómo avanzan las obras de mantenimiento en los escenarios deportivos podrán saberlo con solo ingresar a una novedosa aplicación donde se observará en tiempo real los avances de dichos trabajos.
“Estamos en una etapa estricta de seguimiento con el cumplimiento a cabalidad del cronograma para efecto de contar con todo, en perfectas condiciones al momento de dar inicio a las justas sin ningún tipo de contratiempo. Por esta razón, en las condiciones del concurso de mérito de interventoría pedimos que existieran circuitos cerrados de televisión. En todas las obras habrá cámaras de manera permanente para ver a tiempo real la ejecución de las obras”, dijo el mandatario.

Agregó que es consciente que el deporte, además de dar gloria a los practicantes, significa un camino para la construcción colectiva de la sociedad, gracias al enriquecimiento de valores como la disciplina, esfuerzo, paciencia y trabajo en equipo.
“Nuestro interés por hacer unos juegos de perfección para honrar a los verdaderos ejemplos de vida y demostrar a los jóvenes jue el deporte es un medio de vida”.

La inversión en estos escenarios, dijo el mandatario, van encaminadas a que una vez terminados los juegos, estos sean aprovechados a nivel local y departamental como un hábitat productivo de todos los deportistas. Estos lugares, serán escenarios de integración y espacios creadores de estrellas que brinden orgullo a nuestra región. Con esto se está transformando la confianza de los cartageneros.
“Después de dos años de anuncios sobre la realización de los juegos nacionales y paranacionales en Bolívar, hace poco más de cinco meses nos enfrentábamos a un futuro incierto, lleno de especulaciones, obstáculos y complejidades que amenazaban la realización de los juegos debido a las diferentes necesidades que han afectado a Cartagena durante los últimos años. Gracias a dios, hoy estamos haciendo el lanzamiento de los Juegos Nacionales en Cartagena”.

El mandatario recordó aquel 13 de septiembre de 2018, cuando el presidente Duque lo entrevistó como uno de los ternados y entre las preguntas surgió una: “Cómo vas a recobrar la confianza de los cartageneros en la administración pública, no quiero discurso, quiero acciones, que con compromiso usted saque a la ciudad adelante. En eso he estado trabajando señor Presidente, siendo consciente de que los recursos públicos deben manejarse con transparencia”.

El Alcalde agradeció el acompañamiento invaluable del Gobierno nacional, de Coldeportes, la articulación con el gobierno departamental. Se emprendió así la tarea de organizar los proyectos de reparación y adecuación de los escenarios con recursos propios de Cartagena y nuestras regalías. Reconoció la labor del Concejo Distrital en este proceso.

“A fecha de hoy tenemos invertidos, comprometidos y obras en ejecución recursos por 64 mil millones de pesos, que en junio podrían llegar a 68 mil millones. Se intervendrán once escenarios deportivos, con la mejor calidad posible para hacer de estos juegos una experiencia memorable”.
Destacó que tres procesos licitatorios, todos por convocatoria pública, tuvieron una participación record de 37 proponentes siguiendo los pliegos de Colombia Compra Eficiente.

El Presidente Ivan Duque dijo que “los Juegos Nacionales son de los deportistas y no de los contratistas, porque muchas veces le han metido la mano a los recursos del deporte”. Además, destacó la transparencia al respecto de los mandatarios locales y de la Directora de los XII Juegos Deportivos Nacionales, La ‘Chechi’ Baena, quien trabaja bajo la consigna de “obra entregada, obra pagada”.

“Que estos Juegos sirvan para que lleguen las manifestaciones culturales, gastronómicas y emprendedoras de todo el territorio nacional, porque vamos hacer de los Juegos del Bicentenario un factor de unión y de transformación social para todo nuestro país”, enfatizó el Presidente Duque.
Según el Mandatario, el deporte no puede caer jamás en ningún debate bizantino de la política o la politiquería, sino que tiene que ser para todos los colombianos. Agregó que estos Juegos también son la oportunidad para mostrar la mejor calidad logística y la grandeza del pueblo de Bolívar y de todo un país.

“Es importante que el Bicentenario se conmemore con estos Juegos, porque el deporte nos une a los colombianos, no nos divide. Cuando hay un deportista en un certamen internacional, así no conozcamos las reglas más mínimas de un deporte, hay algo en nuestros corazones que nos hace sentir colombianos y estar detrás de ese deportista”, afirmó el Presidente.

“Este Gobierno quiere llevar el deporte a los lugares más apartados del país. Estamos, solamente este año, entregando 300 escenarios deportivos en todo el territorio, con el sello Sacúdete –salud, deporte, cultura, tecnología y emprendimiento–, para que el deporte sea un vehículo que aleje a la juventud de la violencia y las drogas y para sembrar valores en la sociedad colombiana”, sostuvo el Mandatario.

El Presidente reiteró su intención de apoyar la formación de los dirigentes deportivos y pidió el apoyo del Congreso para hacer realidad el Ministerio del Deporte y, con él, “una política pública para nuestros deportistas, para que hagamos del deporte un motor del desarrollo, para que trabajemos con las ligas, para que lleguemos a las regiones más profundas de nuestro país”.
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Doña Lola: el sabor de Cartagena en un plato de mondongo

Un lugar donde el amor se cocina a fuego lento y se sirve con una generosidad infinita, uniendo a la comunidad cartagenera alrededor de su mesa. Por: Emilio Gutiérrez Yance En Cartagena de Indias, donde el sol cálido acaricia las murallas y el bullicio de la gente llena las calles de vida, en el barrio La Esperanza, uno de los más populares, existe un rincón donde la vida huele a mondongo, a yuca hirviendo, a arroz con coco recién hecho. Es el restaurante “Doña Lola”, atendido por su dueña y alma, Dolores del Carmen De Ávila, una mujer que ha hecho de la cocina un acto de amor y resistencia. Nacida y criada en el legendario barrio Chambacú, tierra de tambores, sudores y sueños, Lola aprendió el arte de cocinar como se hereda la sangre: de manera natural. Su abuela Antonia Ramos fue la primera maestra, y a su lado, entre ollas ennegrecidas y cucharas de palo, Lola descubrió que en cada sancocho se podía contar una historia. Hoy, con 69 años a cuestas, su restaurante es punto obligado para propios y visitantes. Ella suele decir, con picardía costeña: —“Si usted viene a Cartagena y no prueba mi mondongo, es como si no hubiera venido”. Y no exagera. Su especialidad, el sancocho de mondongo de los domingos, se vende como pan caliente. La clienta María Frías recuerda con asombro la primera vez que lo probó: —“No había probado una sopa tan exquisita en mi vida”. Los taxistas y mototaxistas son sus mejores clientes. Ellos saben que en Doña Lola no solo se come, también se conversa y se ríe. Cada plato parece tener el sazón de las calles, de las historias y de la música de Cartagena. De muchacha, cuando apenas tenía 15 años, Lola empezó vendiendo fritos en La Esperanza. Luego trabajó en una casa de familia en el barrio El Cabrero, con gente que emigró a los Estados Unidos y que quiso llevársela. Pero el destino la amarró a Cartagena. Un latonero llamado Donaldo “El Mono” Sanjuan le robó el corazón y cambió sus planes. Con él crió seis hijos: dos son policías, uno estudió mecánica dental y, entre ellos, está Dalimiro Sanjuan, quien llegaría a ser comisario. Su rutina empieza cuando la ciudad aún duerme. A las 4 de la mañana camina hacia el mercado de Bazurto, donde los vendedores ya la saludan como a una vieja amiga. Vuelve cargada de pescado fresco, viandas y verduras que más tarde convertirán su restaurante en un hervidero de aromas. Doña Lola es alegre y dicharachera. La música la acompaña siempre, en especial la salsa que recuerda el barrio donde nació. Su canción favorita es “El Getsemanicense”, que canta a la Cartagena de callejones y faroles. Al final de cada jornada, bajo el calor pegajoso de la ciudad, se toma cuatro cervezas heladas para refrescarse, “para despejar la memoria y renovar las fuerzas”, como ella misma dice. El barrio entero la reconoce. En un solo día puede recibir más de cien saludos de transeúntes que, al pasar, sienten cómo el olor de su cocina se extiende por las calles de La Esperanza como una brisa invisible que convoca al apetito. Y como si el homenaje no bastara con la tierra, hasta los aviones que cruzan constantemente el cielo cartagenero inclinan su vuelo en respeto a Doña Dolores, la reina indiscutible del sancocho de mondongo. Así, entre el humo de las ollas, las carcajadas y los saludos, Doña Lola ha tejido una vida que ya forma parte de la memoria colectiva de Cartagena. Sus manos, curtidas por el tiempo y el fuego, evocan historias de lucha y superación, transmitidas de generación en generación. Su cocina emana un aroma que es un abrazo cálido, transportándonos a la Cartagena de antaño. Cada cucharada de su sancocho de mondongo es un viaje a través de su historia, una historia que se refleja en sus ojos brillantes, que ha logrado convertir su restaurante en un faro de esperanza, un lugar donde el amor se cocina a fuego lento y se sirve con una generosidad infinita, uniendo a la comunidad cartagenera alrededor de su mesa.

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