La Iglesia de la Santísima Trinidad, ubicada en el barrio Getsemaní en Cartagena de Indias, es un testimonio vivo de la historia y la fe que han moldeado la ciudad. Construida en el siglo XVII, hacia 1600, fue construida por la necesidad de un lugar de culto más accesible para los residentes de Getsemaní, quienes por vivir fuera de la ciudad amurallada, se encontraban alejados de la Catedral y de las bendiciones de la iglesia católica.
Este templo, es el segundo más antiguo de Cartagena, se erigió bajo la advocación de la Santísima Trinidad, imitando en su diseño a la Catedral de la ciudad. Aunque su exterior puede parecer sencillo, la verdadera belleza de la Iglesia de la Santísima Trinidad reside en su interior. El templo es un ejemplo de la rica herencia arquitectónica de Cartagena.
Esta iglesia ha sido testigo de innumerables eventos que han marcado la historia de la ciudad, siendo un lugar de refugio espiritual para los cartageneros durante siglos. A lo largo de los años, la Iglesia de la Santísima Trinidad ha resistido el paso del tiempo, permaneciendo como un lugar emblemático dentro de Getsemaní.
Hoy en día, no solo es un lugar de culto, sino también un punto de encuentro para los residentes y visitantes de la ciudad. Su presencia en la Plaza de la Trinidad la convierte en el epicentro de la vida cultural y social del barrio, donde cada noche se congregan cartageneros y turistas para disfrutar de la vibrante vida nocturna de la ciudad.
Actualmente la iglesia y la plaza siguen siendo uno de los lugares más visitados de Cartagena. Este espacio público se ha convertido en el epicentro de la vida social y cultural de la ciudad, atrayendo tanto a locales como a turistas. Todos los días, la plaza se llena de vendedores de comida rápida, artistas y grupos de baile que ofrecen entretenimiento en un ambiente relajado y acogedor que refleja el espíritu vibrante del barrio de Getsemaní.
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