Murió Rodolfo Hernández tras casi dos meses en UCI

NATY_20240902_135148_0000

Durante la tarde de este lunes 2 de septiembre se confirmó la muerte del excandidato presidencial Rodolfo Hernández a la edad de 79 años.

El político bumangués, conocido como ‘El Ingeniero’, se encontraba desde hace dos meses en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Internacional de Colombia tras someterse a una cirugía de hígado.

En lo que corría del presente año, Hernández se sometió a un total de 5 cirugías y a un tratamiento multidisciplinario para combatir el cáncer en etapa terminal contra el que luchaba.

Comparte esta noticia

Suscríbete

Al presionar el botón de suscripción, confirmas que aceptas nuestra Política de Privacidad.
Publicidad

Más noticias

Más noticias

Doña Lola: el sabor de Cartagena en un plato de mondongo

Un lugar donde el amor se cocina a fuego lento y se sirve con una generosidad infinita, uniendo a la comunidad cartagenera alrededor de su mesa. Por: Emilio Gutiérrez Yance En Cartagena de Indias, donde el sol cálido acaricia las murallas y el bullicio de la gente llena las calles de vida, en el barrio La Esperanza, uno de los más populares, existe un rincón donde la vida huele a mondongo, a yuca hirviendo, a arroz con coco recién hecho. Es el restaurante “Doña Lola”, atendido por su dueña y alma, Dolores del Carmen De Ávila, una mujer que ha hecho de la cocina un acto de amor y resistencia. Nacida y criada en el legendario barrio Chambacú, tierra de tambores, sudores y sueños, Lola aprendió el arte de cocinar como se hereda la sangre: de manera natural. Su abuela Antonia Ramos fue la primera maestra, y a su lado, entre ollas ennegrecidas y cucharas de palo, Lola descubrió que en cada sancocho se podía contar una historia. Hoy, con 69 años a cuestas, su restaurante es punto obligado para propios y visitantes. Ella suele decir, con picardía costeña: —“Si usted viene a Cartagena y no prueba mi mondongo, es como si no hubiera venido”. Y no exagera. Su especialidad, el sancocho de mondongo de los domingos, se vende como pan caliente. La clienta María Frías recuerda con asombro la primera vez que lo probó: —“No había probado una sopa tan exquisita en mi vida”. Los taxistas y mototaxistas son sus mejores clientes. Ellos saben que en Doña Lola no solo se come, también se conversa y se ríe. Cada plato parece tener el sazón de las calles, de las historias y de la música de Cartagena. De muchacha, cuando apenas tenía 15 años, Lola empezó vendiendo fritos en La Esperanza. Luego trabajó en una casa de familia en el barrio El Cabrero, con gente que emigró a los Estados Unidos y que quiso llevársela. Pero el destino la amarró a Cartagena. Un latonero llamado Donaldo “El Mono” Sanjuan le robó el corazón y cambió sus planes. Con él crió seis hijos: dos son policías, uno estudió mecánica dental y, entre ellos, está Dalimiro Sanjuan, quien llegaría a ser comisario. Su rutina empieza cuando la ciudad aún duerme. A las 4 de la mañana camina hacia el mercado de Bazurto, donde los vendedores ya la saludan como a una vieja amiga. Vuelve cargada de pescado fresco, viandas y verduras que más tarde convertirán su restaurante en un hervidero de aromas. Doña Lola es alegre y dicharachera. La música la acompaña siempre, en especial la salsa que recuerda el barrio donde nació. Su canción favorita es “El Getsemanicense”, que canta a la Cartagena de callejones y faroles. Al final de cada jornada, bajo el calor pegajoso de la ciudad, se toma cuatro cervezas heladas para refrescarse, “para despejar la memoria y renovar las fuerzas”, como ella misma dice. El barrio entero la reconoce. En un solo día puede recibir más de cien saludos de transeúntes que, al pasar, sienten cómo el olor de su cocina se extiende por las calles de La Esperanza como una brisa invisible que convoca al apetito. Y como si el homenaje no bastara con la tierra, hasta los aviones que cruzan constantemente el cielo cartagenero inclinan su vuelo en respeto a Doña Dolores, la reina indiscutible del sancocho de mondongo. Así, entre el humo de las ollas, las carcajadas y los saludos, Doña Lola ha tejido una vida que ya forma parte de la memoria colectiva de Cartagena. Sus manos, curtidas por el tiempo y el fuego, evocan historias de lucha y superación, transmitidas de generación en generación. Su cocina emana un aroma que es un abrazo cálido, transportándonos a la Cartagena de antaño. Cada cucharada de su sancocho de mondongo es un viaje a través de su historia, una historia que se refleja en sus ojos brillantes, que ha logrado convertir su restaurante en un faro de esperanza, un lugar donde el amor se cocina a fuego lento y se sirve con una generosidad infinita, uniendo a la comunidad cartagenera alrededor de su mesa.

Read More »

¡No te lo pierdas! Primer concurso nacional de bandas en el Colegio Almirante Colón

El próximo 18 de octubre, la ciudad de Cartagena vivirá un momento histórico con la celebración del primer Concurso Nacional de Bandas, organizado por el Colegio Almirante Colón. Este evento reunirá a talentosas bandas de todo el país, incluyendo representaciones de diversos municipios del departamento de Bolívar y otras regiones. El concurso se llevará a cabo en la sede Vista Hermosa del colegio, donde se espera que la comunidad educativa, incluyendo estudiantes, se una en este encuentro que promete ser un verdadero espectáculo de música y cultura.  Este evento no solo busca resaltar el talento musical de los jóvenes, sino también fomentar la integración y el intercambio cultural entre las diferentes regiones del país. La organización invita a todos los interesados a participar y disfrutar de una jornada épica llena de talento y camaradería.

Read More »

Corralejas en Cartagena: la desconocida tradición que se vivió en pleno centro histórico

A comienzos del siglo XX, en las festividades de la Virgen del Carmen, Cartagena presenciaba un evento que hoy resulta desconocido para muchos: las corralejas en la Playa de La Artillería, ubicada en la zona de Santo Domingo dentro del centro amurallado. En un espacio que ahora alberga el Conjunto Residencial Santo Domingo, se congregaban multitudes para ver estos eventos, típicos de una época que reflejaba costumbres muy distintas a las actuales. Estas corralejas, que se realizaban como parte de las celebraciones religiosas, fusionaban lo popular y lo religioso, atrayendo a la comunidad local a participar activamente en las festividades. Las murallas se llenaban de espectadores que, desde lo alto, observaban cómo los toros corrían por el gran playón, en una tradición que nuestros ancestros vivieron con gran fervor. Este tipo de eventos era un reflejo de una Cartagena que, en ese entonces, encontraba en las corralejas un elemento esencial de sus festividades. Aunque las accesorias y el playón donde se llevaban a cabo ya no existen, las imágenes y relatos de quienes vivieron aquellos días son testimonio de una ciudad que, en su momento, vivía conforme a las costumbres de antaño. Nuestros antepasados guardan en su memoria esta Cartagena de tiempos pasados, mostrando cómo la ciudad ha evolucionado en su identidad y tradiciones. Fotos. Colección Jaro Pitro.

Read More »

¿Sabías que el nombre de Tierra Bomba en Cartagena surgió por accidente?

La isla que hoy conocemos como Tierra Bomba, un lugar al occidente de la bahía de Cartagena, no siempre tuvo este nombre. En el pasado, los nativos de la región la llamaban Codego, un término que los navegantes españoles adoptaron y extendieron en sus mapas y documentos oficiales, como demuestran varias cédulas reales de 1525. También fue llamada Carex, en referencia al cacique de la región. El cambio al nombre Tierra Bomba surgió siglos después, cuando el Obispo Diego Bernardo de Peredo, en 1767, hizo una descripción de la bahía de Cartagena y mencionó erróneamente un “brazo de Tierra Bomba”. Aunque estaba hablando de lo que hoy conocemos como Bocagrande, esta confusión fue suficiente para que el nombre Tierra Bomba comenzara a extenderse a la isla entera. Curiosamente, “Tierra Bomba” hace referencia a la gran acumulación de arena, algas y otros desechos marinos que en 1640 bloquearon el canal de Bocagrande. Esta tierra floja y maloliente, apodada “Bomba” o “abombada” por los habitantes, formaba un estrecho camino entre Cartagena y Bocachica, aunque solo era transitable con gran cuidado. Con el tiempo, el mar arrastró estos restos, restaurando la navegación en la bahía, pero para entonces el nombre Tierra Bomba ya había quedado grabado en los mapas. Fotos. A quien corresponda. Fuente. Cartagena A Capella.

Read More »

Ampliación del Aeropuerto de Cartagena inicia en marzo de 2025: costará $1,2 billones y generará 400 empleos

Con la finalización de la fase de pre construcción del Aeropuerto Rafael Núñez, se tiene previsto que inicien de forma inmediata los trabajos de la fase 1 y 2 de este proyecto, las cuales están proyectadas pata inicios de marzo de 2025.  Tal y como indica el contrato de concesión, se pretende avanzar en la construcción de la terminal internacional, ampliando la fachada, pasando a la intervención en la zona de parqueaderos, para luego iniciar los trabajos de rodaje, ampliación de plataforma y montaje de puentes de abordaje. Asimismo, los tanques de almacenamiento de agua y combustible que hoy se ubican cerca del barrio Naval de Crespo serán reubicados en otra área. Por su parte, Carlos Quarta Quinceno, gerente de la Concesión Oinac, expresó que con esta ampliación, que tendrá un costo de $1,2 billones, generará durante la etapa de construcción un total de 400 empleos directos. Fuente: El Universal.

Read More »

El Sayayin compuso su primer éxito e inició su viaje artístico en el Mercado de Bazurto

Cartagena de Indias, cuna de ritmos y talento, vio nacer a John Jairo Sayas Díaz, conocido mundialmente como El Sayayín, un 4 de junio de 1982, desde los humildes barrios de Canapote y Olaya Herrera, Sayas se convirtió en un ícono que redefinió la música caribeña al ritmo de la champeta, un género que él mismo ayudó a gestar. Su viaje artístico comenzó en el bullicioso mercado de Bazurto, donde sus rimas atrevidas y su energía contagiosa encontraron su primera audiencia. Inspirado por la leyenda del Joe Arroyo, Sayas pasó horas perfeccionando su voz en los rincones más insólitos, como galones de agua vacíos, donde replicaba las melodías de su ídolo. En 1995, con apenas 13 años, Sayas compuso su primer éxito, el escándalo, que rápidamente se convirtió en un himno en su barrio, fue entonces cuando José Quessep, un productor visionario, reconoció su talento y lo bautizó como El Sayayín, en honor a los guerreros de la popular serie animada Dragon Ball Z, el apodo resonaría tanto como su música, y juntos lanzaron éxitos inolvidables como La suegra voladora y La píldora. En 2001, El Sayayín alcanzó nuevos horizontes al grabar con Sony Music en el álbum La champeta se tomó Colombia. Sus temas La voladora y La pruebita marcaron un antes y un después en la champeta, consolidándola como un fenómeno nacional e internacional. A pesar de su éxito, Sayas nunca olvidó sus raíces, en 2010, rindió homenaje a Cartagena y sus poetas con su álbum El Alcatraz, explorando nuevas fusiones de porro, jazz y champeta, sin embargo, su carrera se vio truncada por la tragedia. El 15 de julio de 2010, tras luchar 19 días contra las heridas de un atentado, El Sayayín falleció en la clínica Fundación María Reina de Sincelejo. Su legado vive en el corazón de la champeta y de quienes encontraron en su música una expresión de alegría, resistencia y autenticidad. Desde Bazurto hasta los escenarios internacionales, El Sayayín dejó una huella imborrable en la cultura caribeña, recordándonos que los héroes musicales también trascienden la vida.

Read More »