Los clásicos están vivos en el Hay Festival

En el marco del Hay Festival Cartagena 2019, tres grandes clásicos de la literatura infantil: Pilar Lozano, Celso Román e Irene Vasco, estuvieron conversando con Fernando Rojas sobre escribir para los más pequeños.

Con un público de todas las edades, en un salón donde se sentía la energía de quien de la niñez, se reunieron estos tres grandes escritores colombianos. Su propósito: contar la experiencia del contar.

“Cuento Colombia como me hubiera gustado que me la contaran”, afrima Pilar. Su historia como escritora empezó con un “no” que recibió cuando era periodista: ella viajaba en un barco oceanográfico recorriendo Colombia mientras imaginaba lo mucho que le gustaría que su hija viera cómo era todo allí dentro. Por eso le preguntó al capitán del barco cómo reaccionaban los niños al subir, “y él me dijo: aquí está prohibido que suban los niños, ellos no pueden estar aquí.
Y ese ‘no pueden’ me transformó en escritora, y fue cuando escribí mi primera historia, sobre cómo una niña hace una travesura para subirse y conocer el barco”.

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La magia de las letras

Los escritores nacen así, de una historia que ocurre en la vida o en la imaginación y puede generar tantas emociones como para cambiar a aquellos que la escuchen. Es por eso que escribir para los niños acerca de la magia es tan especial. Irene Vasco estuvo recorriendo el país con una varita mágica, haciendo alusión a su libro ‘Conjuros y sortilegios’, ella dice que la magia hace la diferencia para un niño.

“Me crié en una casa llena de libros y de artistas. Mi mamá me hizo trabajar con ella ayudando en su programa para niños,  de ella heredé la música de las palabras, pero la transmití  no con sonidos, sino con letras”, cuenta al público.

“Los clásicos están vivos

Celso Román por su parte, recuerda una tarde que caminaba por Bogotá a una conferencia en la Universidad Pedagógica cuando se topó con un vendedor de libros ‘pirata’. Él vio entre los títulos uno suyo y se acercó a preguntarle por él a lo que el hombre le dijo: este es un clásico de literatura infantil colombiana, pero lo venden más caro en las librerías porque resulta que el escritor está vivo”, “¿Celso Román está vivo?”, “sí, señor, el clásico está vivo”. Ese día Celso llegó a su conferencia: “imagínense que acabo de enterarme de que estoy vivo, soy un clásico vivo”.

Esa historia marcó a Celso y entre todos, junto a Fernando reafirmaron la maravilla de ser un ‘Clásico vivo’ y que los niños aún puedan acercarse a ellos a preguntar por las historias. Irene solía viajar a pueblos en Colombia para promover la lectura y regresó a uno de estos en el que estuvo hace 20 años haciendo un talleres de conjuros, con los niños de una comunidad golpeada por la guerra.
“Hace poco fui a ese pueblo, donde ahora hay una biblioteca enorme, un centro cultural y jóvenes que promueven la lectura en un lugar golpeado por la violencia. Uno de los chicos se me acerca diciendo: oiga a usted yo la conozco, usted tenía una varita mágica y una bruja. Y luego otra chica también me dice sí claro y contaba cuentos cuando vino por acá. Y sí, esos jóvenes son los niños que estuvieron en mi taller hace tanto tiempo. Y me ha pasado varias veces y es ahí donde está la verdadera magia de las letras y de los clásicos”.

Todo el público está entusiasmado por igual, no hay distinción de edad. Como diría Celso Román se hizo presente el fenómeno de la sincronía: “eso me lo dijo un lector, que él había leído mi libro cuando era un niño y hoy su hijo tiene la misma edad que él cuando lo leyó y se lo dio para que hiciera lo mismo y vinieron ambos a que se los firmara”.

De eso se trata de la magia de las letras y de las ideas: de tocar corazones a través de los años y eso es lo que vinieron a seguir promoviendo estos grandes escritores, amigos y clásicos.

 

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