Cartagena, alguna vez contó con un sistema de transporte público que era la columna vertebral de la movilidad en la ciudad, estas antiguas rutas de buses conectaban barrios emblemáticos y reflejaban el ritmo cotidiano de los cartageneros. En su época, el recorrido hacia Bocagrande, El Laguito y Marbella era uno de los más transitados, llevando a residentes y turistas hacia las playas y zonas más exclusivas de la ciudad. En contraste, las rutas hacia sectores como 13 de Junio y Torices conectaban comunidades trabajadoras, facilitando el acceso a otros puntos clave de la urbe.

Por otro lado, barrios como El Pozón también contaban con su propia ruta, cruzando por la avenida principal y enlazando con el centro de la ciudad.

Crespo, un sector cercano al aeropuerto, tenía su servicio para quienes se desplazaban a otras zonas o llegaban al corazón de Cartagena. Manga y el Bosque, dos sectores con identidades marcadamente diferentes, también eran atendidos por rutas que permitían a sus habitantes moverse hacia el centro histórico y otras áreas clave de la ciudad.

Estas líneas de buses no solo transportaban personas, sino también historias, sonidos y una buena dosis del espíritu cartagenero. Aunque hoy en día estas rutas han sido reemplazadas por sistemas modernos como el Transcaribe, los recuerdos de aquellos buses y su contribución a la vida de Cartagena siguen vivos en la memoria de quienes los utilizaron.
Las antiguas rutas no solo marcaban el mapa de la ciudad, sino también la cotidianidad de miles de personas.