La ciudad amurallada: el burdel más grande

Por Daniel Fernández Silva

La prostitución es una de las problemáticas más grandes que tiene el centro histórico de Cartagena, tanto para quienes trabajan en el sector como para quienes van a contemplar la arquitectura de la ciudad amurallada en familia.

El problema de la prostitución no radica en las trabajadoras sexuales que ejercen una actividad que ante la ley es permitida, sino en el impacto social que tiene está por la localización donde se ejerce.

El microtráfico se escabulle de tras de la prostitución y de las mujeres que son cooptadas por los proxenetas que las obligan a ejercer una actividad ilegal con la venta de estupefacientes. Este es un problema social que necesita ser atendido por las autoridades locales. Lastimosamente todo este entramado ilegal se da enfrente de la policía nacional, tanto la prostitución infantil como la venta de drogas. Por esto se puede llegar a suponer que los funcionarios están tranzados por los mafiosos ya que no se ve ningún impedimento para que estas actividades no se realicen en un lugar público donde transitan miles de familias.

La torre del reloj debe ser intervenida de forma inmediata, para ponerle fin a el turismo sexual. La ciudad amurallada no puede ser el burdel más grande de Cartagena sino por el contrario un lugar para promover el turismo, la cultura y el emprendimiento.

Ahora bien, a las trabajadoras sexuales se les deben garantizar sus derechos. Por eso se debe trasladar su sitio de trabajo a una zona de tolerancia que tiene como objetivo mitigar las actividades de alto impacto comercial. No obstante, para que esto sea posible Cartagena debe desarrolla un plan de ordenamiento territorial (POT) donde se incluya dichas zonas de tolerancia.

Las zonas de tolerancia no son una solución permanente para esta problemática, por el contrario, son una alternativa transitiva para dar una respuesta inmediata y garantizar un trabajo de gran impacto social que como se ha dicho es legal y no debe ser estigmatizado. Sin embargo, la solución definitiva va ligada a una política social planteada por la alcaldía de Cartagena, que vaya enfocada a las trabajadoras sexuales para que puedan tener diferentes alternativas laborales.

Teniendo en cuenta que la economía de Cartagena está basada en el turismo, se debe dar una solución eficaz a esta problemática, puesto que la precepción de seguridad en la zona de la ciudad amurallada está deteriorada. No puede ser posible que ante los ojos del mundo nuestra ciudad sea el paraíso sexual de muchos, donde conseguir mujeres y niñas no es ningún problema. El reflejo de la heroica no debe ser ese, fortalecer el turismo es obligación de la alcaldía. La prostitución acarrea muchas problemáticas que afectan a los cartageneros y a la actividad que mayor sustento les da para vivir de forma digna.

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