Fundaciones “Angelicales” | Columna

Por Alvaro Morales de León

Las Fundaciones como parte de las ONGs o de las hoy llamadas ESAL-Entidades Sin Ánimo de Lucro, son organizaciones que apartadas del beneficio económico buscan finalidades altruistas, sociales, humanitarias o comunitarias en el área o espacio social que se lo propongan, según sus estatutos.

Pero dentro del modelo de las ONGs o ESALs también existen las Asociaciones y Corporaciones que se identifican con los fines y objetivos de la Fundaciones, pero se diferencian en su forma de constituirse.

Acerca del motivo altruista, social, humanitario, y la condición de operar sin ánimo de lucro que dicen profesar y practicar, no son principios que convenzan del todo, dadas las triquiñuelas que se tejen al interior de estas organizaciones y por parte de quienes conforman su parte administrativa y su organigrama de mando y dirección.

A estas Fundaciones y a las otras ONGs y ESALs les dan su reconocimiento legal las Cámaras de Comercio para que con él se les permita contratar con el Estado, motivo casi único de estas organizaciones creadas para fines altruistas y desprendidas de utilidades económicas, supuestamente.

Con conocimiento de causa conozco en Cartagena de ciertas Fundaciones de espíritu “angelical” que supuestamente procuran el bienestar animal, especialmente el de los perros y gatos que vagan por las calles de la ciudad, sin hogar, sin dueños y expuestos al maltrato y a graves enfermedades, algunas de ellas, zoonóticas, esas que les son transmitidas a las personas, consideradas como un grave problema de salud pública.

Estas Fundaciones, como algunas de esta ciudad, se crean, ya dije, con un supuesto objetivo humanitario, pero dicha supuesta labor benefactora no la ejecutan con recursos propios, o como dicen, “metiéndose la mano al dril”, sino que la llevan a cabo con recursos económicos que derivan de la contratación Estatal, los cuales muchas veces no son invertidos de manera adecuada ni de forma seria.

Además de todo lo anterior, estas “bondadosas” Fundaciones utilizan en la mayoría de los casos los recursos logísticos del Estado, del gobierno, para la realización de su presunto objetivo protector.

Estas son situaciones que no trascienden mucho a través de los canales de comunicación, pero es una realidad que se da sobre todo en ciudades como Cartagena y en entidades como la Alcaldía Distrital.

Por enésima vez exhortamos al gobierno distrital de Cartagena y a su entidad, UMATA, para que implemente su Junta Defensora de Animales constituida legalmente en el año 2000, durante el gobierno de la encargada alcaldesa Gina Benedettí, y así se deje de estar entregando contratos con Fundaciones de poco reconocimiento y seriedad en su gestión protectora de los animales callejeros.

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