Al pie del Cerro San Felipe se encuentra un parque que atesoraba un Reloj Floral en los 60s, un obsequio de los holandeses que convirtió este espacio en un sitio turístico de la ciudad y punto de encuentro para los locales, pues, en sus inmediaciones se encontraban otros lugares que lo hacían transcurrido.
En las cercanías, se ubicaba la escuela superior ESETEC, la antigua planta de PEPSICO, El Universal, incluso, era la parada de busetas y también los jugadores de equipos de béisbol de la ciudad como “Los Indios” se encontraban para partir hasta a Barranquilla.
Sin embargo, pasaron los años y el Reloj Floral comenzó a congelarse en el tiempo, siendo víctima del descuido y la falta de mantenimiento y a pesar de que en los 90’s el gobierno de la época intentó revivir el espacio con un Reloj Solar, su destino fue el mismo, debido a que su estructura metálica fue saqueada hasta quedar en el abandono.
Siendo así, en 2015, una asociación entre el consorcio Pacaribe y el Universal intentó devolverle la vida al parque invirtiendo en su recuperación. Aún así, la falta de seguridad y la presencia de indigentes y vendedores informales llevaron a que el lugar volviera a deteriorarse rápidamente, tras el robo de cableado y la destrucción de las instalaciones marcaron el fin de este Reloj Solar que hasta sus números perdió.
La historia del Parque del Reloj en Cartagena más que es un recordatorio, es una sensación de pérdida colectiva de una ciudad cuando no cuida sus tesoros y este espacio que alguna vez fue un lugar de encuentro, identidad o orgullo hoy yace abandonado, esperando quizás, otro intento de “resurrección”.
Fuente: El Universal
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