El sueño es una parte fundamental de nuestra vida diaria y juega un papel crucial en nuestra salud y bienestar. Sin embargo, muchas personas no le dan la importancia necesaria a sus hábitos de sueño, lo que puede tener graves consecuencias.
El sueño es tan importante para la buena salud como la dieta y el ejercicio. Dormir bien mejora el rendimiento cerebral, el estado de ánimo y la salud. No tener la suficiente calidad de sueño con regularidad aumenta el riesgo de muchas enfermedades y trastornos.
Algunas personas tienen afecciones que les impiden dormir lo suficiente, sin importar cuánto se esfuercen. Estos problemas se denominan trastornos del sueño.
El trastorno del sueño más común es el insomnio, ocurre cuando tiene repetidas dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormido, esto sucede a pesar de tener tiempo para dormir y un ambiente adecuado para hacerlo.
Según un estudio publicado por el NIH (Instituto Nacional de Salud) de Estados Unidos en cabeza de la doctora Marishka Brown, un sueño saludable abarca tres cosas importantes:
- La cantidad de horas que duermes
- La calidad del sueño: tener un sueño reparador e ininterrumpido
- Tener un horario de sueño regular
Este estudio también revela que, la calidad de sueño puede ser un mayor desafío para las personas que trabajan en el turno nocturno o en horarios irregulares y que la pandemia de COVID-19 generó mucho estrés y alteró la rutina habitual de sueño de muchas personas.
Numerosos estudios han demostrado que la duración adecuada del sueño varía según la edad y las necesidades individuales. La Fundación Nacional del Sueño (National Sleep Foundation) recomienda que los adultos de 18 a 64 años duerman entre 7 y 9 horas cada noche, mientras que los adolescentes y adultos jóvenes necesitan entre 8 y 10 horas. Además, mediante estos estudios se ha llegado a la conclusión de que tanto la privación del sueño a corto plazo como la crónica pueden tener efectos negativos en nuestra salud mental y física.
Pero, ¿por qué necesitamos dormir? La gente suele pensar que dormir es solo un «tiempo de inactividad» donde el cerebro cansado descansa, pero no es así, la doctora Maiken Nedergaard, que estudia el sueño en la Universidad de Rochester explica que mientras dormimos nuestro cerebro trabaja, por ejemplo, dormir ayuda a preparar al cerebro para aprender, recordar y crear.
Nedergaard y sus colegas descubrieron que el cerebro tiene un sistema de drenaje que elimina las toxinas durante el sueño «cuando dormimos, el cerebro cambia de función por completo, se vuelve casi como un riñón ya que elimina los desechos del sistema» explica en el estudio.
Es por ello que expertos dan algunas recomendaciones para mejorar la higiene del sueño:
- Establecer una rutina regular para irse a dormir y despertarse.
- Crear un ambiente propicio para el sueño en el dormitorio, manteniéndolo oscuro, silencioso y a una temperatura adecuada.
- Evitar el consumo de cafeína y alcohol antes de acostarse.
- Limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir.
- Hacer ejercicio regularmente, pero evitar hacerlo justo antes de acostarse.
La investigación científica ha demostrado que los hábitos de sueño juegan un papel esencial en nuestra salud y bienestar. Dormir la cantidad adecuada de horas, mantener un horario regular y adoptar una buena higiene del sueño son medidas fundamentales para asegurar un descanso óptimo. Si bien puede ser tentador descuidar nuestros hábitos de sueño en una sociedad cada vez más ocupada, es crucial priorizarlos para disfrutar de una vida más saludable y plena.