Por José Laguado
La movilidad inteligente (Smart Mobility) nos ayuda a construir los futuros de las ciudades inteligentes (Smart City), escenarios en los cuales los ciudadanos marcamos una diferencia incremental en las respuestas a los desafíos medioambientales y sociales originados por los fragmentados sistemas de transporte.
No es un secreto que Cartagena está congestionada debido a la multiplicidad de sistemas de transporte existentes: Transcaribe, buses y busetas, motos, vehículos particulares, ahora las bicicletas. Así que, más que conversar de aquellos factores que limitan nuestra calidad de vida por temas de movilidad, la invitación es a explorar juntos nuevas posibilidades, a ser propositivos en las soluciones. Por ejemplo, ¿sabías que los trancones impactan la productividad económica entre un 2%-4%? Algunos dirán que es poco, sin embargo eso unido a la coyuntura de reactivación económica para los próximos 3 años genera un impacto significativo en los ya maltratados estados financieros del empresariado cartagenero. Y si hablamos del espacio público, el tráfico motorizado ocupa entre un 25%-35% de vías, calles y avenidas, espacio que perdemos los transeúntes, los turistas y el atractivo de marca ciudad.
No sé ustedes, pero yo me sueño con una movilidad inteligente en la ciudad. Por ejemplo, que el controversial sistema de transporte masivo tenga tarifas flexibles dependiendo de la hora y de acuerdo a la demanda del servicio. Además, que cuente con máquinas que permitan a los usuarios pagar con plástico, no el de la tarjeta de crédito, sino con botellas de plástico para incentivar la economía circular al tiempo que se aprovecha la mal llamada basura como un medio de pago para los menos favorecidos. También me imagino que los buses cuenten con redes abiertas de Wi-Fi para que las personas aprovechen el tiempo de desplazamiento, no en redes sociales, sino, en educación libre de calidad que esté disponible en esas redes tales como cursos de inglés, cultura ciudadana o apps informativas acerca de los macroproyectos que son de interés general para la ciudad.
Si hablamos del Centro Histórico, yo me sueño con un espacio urbano peatonal que tenga dos o tres calles disponibles para el paso vehicular; una subiendo, otra bajando y la circular que bordea las murallas funcionando como alimentadores de peatones. Éstos, encontrarían disponibles en múltiples puntos de alquiler de bicicletas y patinetas con dispositivos inteligentes de geolocalización. Ahora, se imaginan que podamos tener de esos buses de conducción autónoma que salgan de Las Bóvedas, bordeen todas las murallas y tenga paradas en 2 o 3 Baluartes? Si a eso le incluimos las historias de la ciudad en varios idiomas, además de eliminar los ya desgastados carruajes tirados por animales, ofertamos nuevas experiencias turísticas para propios y foráneos. Y me sueño con que exista la consolidación de la oferta de parqueaderos regulados que permita identificar claramente los espacios disponibles, las zonas de carga y descarga para proveedores y la medición sensorial de la contaminación acústica en este y todos los barrios de la ciudad.
También, deberíamos como ciudadanos inteligentes (Smart Citizens) ser conscientes de la más sana y fundamental forma de desplazamiento: caminar. Para ello, es importante comenzar la peatonalización de vías en Bocagrande, cerca a los corredores universitarios y en algunos barrios donde se garantice la seguridad del caminante.
Por espacio, otro día hablaremos de los semáforos inteligentes que se adaptan al flujo vehicular y de los reguladores de tránsito robotizados que no aceptan incentivos de los infractores.
En resumen, es momento de contar un renovado modelo de movilidad en Cartagena que incluya, al menos, estos 4 pilares: 1) Que sirva el modelo para actualizar el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y el Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP), no al revés. 2) La Movilidad como un servicio (Mobility-as-aservice) integrando los Derechos ciudadanos con plataformas digitales y vehículos no contaminantes o de tamaño reducido. 3) Que generen accesibilidad y sostenibilidad con nuevos modelos de negocios y sistemas de pagos. 4) Que incentive el Smart Economy favoreciendo la competitividad, el espíritu emprendedor y la imagen de marca ciudad en el ámbito nacional e internacional.
Recuerden, si hacemos una ciudad para las motos, tendremos motos; si hacemos una ciudad para peatones, tendremos peatones. Ya es hora de tener una ciudad fluida, eficiente, productiva, y sobre todo, con ciudadanos haciendo parte de la nueva movilidad.